
Estimular el contacto cercano con los clientes, promover sinergias con empresas importadoras y darle seguimiento a posibles proyectos de exportación, fueron los propósitos fundamentales de Bodegas Torres S.A. durante la I Feria de Alimentos de Cuba, organizada del 5 al 7 de julio por el recinto ferial Pabexpo y Fira Barcelona Internacional.
“También hemos querido aprovechar esta feria especializada para presentar vinos nuevos en nuestra cartera de productos, de regiones como Rueda, Rías Baixas, Jean León y Bodegas de California, de Marimer, sobre todo por las expectativas que existen hoy con la apertura del país al turismo estadounidense”, afirmó Carlos A. Acosta, representante de Bodegas Torres en Cuba, quien durante 10 años ha contribuido de manera decisiva a consolidar y expandir la presencia de esta empresa en la Mayor de las Antillas. .
Nacidas del sueño de un joven catalán, Don Jaime Torres, quien llegara a Cuba buscando fortuna en 1855, las Bodegas Torres, que fundara junto a sus hermanos en Vila Franca del Penedés, allá por 1870, han estado simple ligadas a la historia del archipiélago cubano.
Unas exportaciones que comenzaron en fecha tan temprana como 1876, cuando los vinos de Torres llegaban en barricas a Santiago de Cuba, se reanudaron nuevamente tras un intervalo en los años 90’, cuando a través de Surcontinente S.A. los productos de Bodegas Torres volvieron a la nación antillana.
Pionera y revolucionaria en el mundo del vino, experimentadora y audaz, sólida y seria, como la califican los sommelieres cubanos, muchos de ellos formados con su ayuda, Bodegas Torres es hoy una de las casas más prestigiosa y de cartera más completa en el mundo de los vinos del país.
Su presencia en 150 países no solo da fe de su sólido prestigio, sino sobre todo de la calidad de sus productos, seguidos y admirados por fieles consumidores.
“En los 25 años que la empresa lleva en Cuba no solo hemos crecido y diversificado nuestros productos, sino que hemos aportado también conocimientos en materia de vino, maridajes… Hemos dado la posibilidad a los profesionales, no solo de catar nuestros productos sino también de viajar a los viñedos y tocarlos con las manos, lo cual es fundamental”, concluyó Acosta.