
El 23 de abril es una fecha cargada de significado en España, y Aragón celebra su día grande con orgullo. Además de sus maravillas naturales y culturales, la gastronomía aragonesa también se viste de gala. Entre sus tradiciones más emblemáticas destaca el Lanzón de San Jorge, el postre que conmemora el Día de Aragón de la forma más dulce y simbólica.
Guiño dulce al patrón
El Lanzón de San Jorge es un delicioso pastel elaborado a base de bizcocho borracho, crema de turrón, nata y yemas. Este emblema dulce de Aragón nació en 1982, cuando la Asociación Provincial de Empresarios de Confitería y Pastelería de Zaragoza decidió crear un postre que representara su tradición gastronómica. El resultado fue un dulce azucarado, coronado con la bandera de Aragón, la efigie de San Jorge, su cruz y el típico cachirulo.
La creación de este postre se atribuye al pastelero zaragozano Amadeo Babot y a su socio, don Ángel San José. Desde 1982, el Lanzón de San Jorge se ha convertido en una auténtica seña de identidad cultural y gastronómica de Aragón. Su relevancia quedó reflejada en el Boletín Oficial de la Academia Aragonesa de Gastronomía, número 42.
Tradiciones con mirada a futuro
Aunque la receta original del Lanzón de San Jorge se mantiene intacta, muchos pasteleros aragoneses están adaptándola a los tiempos modernos. Conscientes de la importancia de la salud, algunos trabajan para reducir grasas y azúcares, sin perder el sabor auténtico que lo ha convertido en uno de los dulces más queridos de Aragón.
Con más de 40 años de historia, el Lanzón de San Jorge sigue siendo el homenaje gastronómico por excelencia al patrón de Aragón. Este postre no solo celebra la valentía que inspira San Jorge, sino que también llena las mesas aragonesas de unas meriendas espectaculares cada 23 de abril.
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