
La pasión por el pan en Turquía le viene de antaño y con raíces profundas. Y es que el país euroasiático no solo ostenta el primer puesto mundial en consumo de pan, sino que es también el más reciente donde se tienen referencias del pan más antiguo del mundo conocido hasta ahora, que data del 6600 antes de Cristo.
Una tradición con más de 8.600 años
Fue en una zona llamada “Mekan 66” del yacimiento neolítico de Çatalhöyük, en la provincia de Konya, donde el pasado 2024 los arqueólogos encontraron una masa fermentada de pan crudo de hace unos 8.600 años. El hallazgo, protegido por una fina capa de arcilla, confirmó así el arraigo a esta elaboración de los habitantes de la entonces Anatolia.
Según el arqueólogo Ali Umut Türkcan, jefe de la excavación, se trataba de una versión más pequeña de una hogaza de pan, fermentada pero no horneada, que conserva los almidones en su interior y una huella dactilar en el centro.
Entre los compuestos de la mezcla se identificaron granos de almidón, trigo, cebada y guisantes. El asentamiento, considerado uno de los primeros y más grandes del mundo fue testigo de múltiples innovaciones agrícolas y culturales. De ahí que en buena medida sea cuna de la agricultura y la alimentación modernas.
El simit y otros tesoros panaderos turcos
Con un consumo per cápita de 199,6 kilogramos al año, la tradición del pan lejos de disminuir, crece. De hecho, acompaña casi todas las comidas tradicionales como el kebap, el meze o guisos caseros.
Entre las variedades clásicas turcas destaca el ekmek, un pan blanco clásico, suave y esponjoso. Pero si hay un pan que representa la esencia culinaria de Turquía, ese es el simit: una rosquilla crujiente cubierta de semillas de sésamo, cuya elaboración se remonta al siglo XVI..
El simit ha llegado al punto de convertirse en un símbolo urbano, desayuno habitual y ancla cultural. Se vende lo mismo en carritos ambulantes decorados en rojo y dorado, que en bandejas sobre la cabeza de vendedores callejeros o en buffets de hoteles. El también llamado gevrek a menudo se sirve con queso y mermelada o simplemente solo, como tentempié rápido y económico.
Hay muchas maneras de demostrar amor y en Turquía se hace con pan, el mejor símbolo de su cultura y su gastronomía.
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