
Este abecedario gastrocastizo ha sido una suerte de cuenta atrás que Excelencias Gourmet ha lanzado con motivo de San Isidro, la gran fiesta de Madrid por el 15 de mayo, que por fin ha llegado. Entre chulapos, chulapas, claveles y chotis, al madrileño no se le quitan las ganas de comer y beber celebrando su identidad de gato. Vermú en mano, todos a La Pradera de San Isidro, que la lluvia no pare a nadie de darse un homenaje por la historia del sabor cañí y un recetario que sigue vivo entre las casetas.
V de Vermú… y de violeta, que no le falten a Madrid
Si hay un rey de los aperitivos domingueros, ese es el vermú. Su fama es tal que dio lugar a la expresión "la hora del vermú", esa franja previa a la comida donde se abre el apetito con unas tapas.
Servido con aceitunas de Campo Real, boquerones en vinagre, berberechos o patatas fritas con salsa brava, y acompañado de unos rayos de sol, el vermú alcanza su máximo esplendor - sin olvidar su obligatoria rodaja de naranja y su aceituna interior-. Las marcas clásicas siguen presentes en las barras, pero los bares con vermut de grifo tienen un aura especial: tradición viva en un ambiente puramente castizo.
En definitiva, el vermú es vino (mira otra V) macerado con hierbas y especias que le dan un aroma y un color muy distintivo cuando hablamos del rojo. En Madrid no puede prepararse con otro líquido de base que no sea agua del grifo del canal de Isabel II. Actualmente, se sirve en cada establecimiento, mientras que su popularización se debe a su presencia en las tabernas. Se dice del vermú que es perfecto para abrir el apetito, gracias al ajenjo y sus tonos amargos.
Violetas de Madrid, la otra flor de la capital
Además, junto a esta “V” casi patrimonio madrileño, no podíamos dejar de mencionar las violetas, otro emblema de la capital. Las flores preferidas de Madrid -después del clavel- son también las protagonistas de los tradicionales caramelos de violeta, pequeños dulces perfumados que forman parte de la memoria gustativa madrileña.
De hecho, lee sobre la fusión más chula: Madrid está de moda: vermú de violetas y agua del grifo en Licores Trampero
Zanjar con Z de Zarajos, en casquería se aprovechan hasta las letras
Con la letra Z de Zarajos cerramos esta divertida -y deliciosa- serie que nos ha alimentado durante las últimas semanas. Los zarajos, plato típico de casquería castellana, revive cada mayo. Se preparan con tripas de cordero lechal, enrolladas en un sarmiento y fritas hasta quedar crujientes.
Aunque su preparación requiere paciencia y destreza, su sabor es puro carácter. Se aderezan con ajo, perejil, un chorrito de limón y, sobre todo, fuego fuerte. Los zarajos son muy populares en los bares más castizos, de esos que asustan al turista y que adora la comunidad local. Estas son tapas con las que solo se atreven los gatos de pura cepa, al igual que los entresijos y las gallinejas, otros clásicos de la cocina popular.
Los zarajos demuestran que Madrid es mucho más que bocadillos de calamares y patatas bravas. Es una ciudad con un recetario de raíz, orgullosa de sus sabores y de su forma de vivirlos.