
The Blackjack, el nuevo restaurante “clandestino” de Juancho’s BBQ, prometía una experiencia única: homenaje carnívoro, ambiente de casino y exclusividad total. Abre solo una vez al mes y solo se accede por invitación previa. La idea suena seductora. Pero ¿cumple lo que promete?

Cómo conseguir la invitación Juancho´s Blackjack
El acceso a The Blackjack no es público. Para recibir una invitación es necesario tener una contraseña que solo se comparte entre clientes previos o socios. Con esta clave, se accede a un formulario en la web del club que debe completarse. La aprobación final depende de Juancho o Juanma, quienes comunican por correo si el interesado ha sido aceptado o si pasa a una lista de espera, que ya está completa hasta septiembre.
"Puede llegar un momento en que la lista de espera sea enorme, pero eso está bien", afirman desde la dirección.
Una experiencia con sabor a déjà vu
Es enero de 2025. Tras leer una nota en la prensa nacional, decido escribir por Instagram para intentar vivir la experiencia. Me responden al día siguiente: lista de espera llena hasta septiembre. Afortunadamente (o no), consigo una reserva anticipada.
La cena comienza puntualmente a las 21:00 h y termina alrededor de las 23:30 h. El menú degustación consta de cinco pases con cortes de carne premium y un postre, por 79 € por persona (sin bebida). Puedes llevar tu propio vino si pagas el descorche.
Pero desde el primer momento, algo no cuadra. El local no tiene nada de secreto: mismas mesas, misma decoración que cualquier Juancho’s BBQ habitual. La supuesta ambientación de casino se limita a un tapete verde y unas cartas de póker que contienen un código QR para la carta de vinos.
¿Eso es clandestino? Lo clandestino no es solo esconder una dirección: es construir una experiencia. Y en The Blackjack, eso aún no ocurre.
Un menú con luces y sombras
Lo positivo
Todos los cortes están cocinados a la parrilla de carbón, lo que garantiza buen sabor.
La pluma ibérica al cubata, plato icónico de la marca, mantiene su nivel.
Lo decepcionante
Servicio muy justo para el precio.
Vajilla metálica tipo “cuartel militar” y sin cambios de cubiertos entre platos.
Vinos limitados, sin gran profundidad en la carta.
El wagyu A5 japonés genera dudas, pese al certificado mostrado.
El postre, dos porciones de tarta de queso para compartir entre cuatro, desluce la propuesta.
¿Un homenaje a la carne o una promesa a medio gas?
Según el discurso oficial, The Blackjack busca recrear las barbacoas íntimas que Juancho organizaba para amigos: informal, auténtico, pasional. Pero el relato supera la ejecución.
Primer pase: pollo de corral con tomates cherry. Rico, pero ¿pollo en un menú de 79 € sin bebida?
Último pase: chuleta de vaca madurada 65 días. Correcta, pero sin profundidad de sabor.
En general, ningún plato fue decepcionante, pero tampoco memorables. Y por ese precio, la expectativa era alta.

El precio de la exclusividad
La cuenta supera los 100€ por persona entre menú y vino. No puedes elegir platos, el servicio es básico y el entorno carece del misterio que se promete.
Lo que se vende como clandestino debe tener alma, narrativa y autenticidad. En The Blackjack, salvo el storytelling, no encontré esa magia.