El Ministerio de Sanidad ha prohibido la venta de golosinas con cannabinoides tras detectar un aumento de intoxicaciones. Seguida de esta medida, el ayuntamiento de Barcelona se ha propuesto la persecución de estas chucherías, entendiendo que su venta constituye un delito de salud pública y una banalización del consumo de estupefacientes.
Sanidad alerta sobre las golosinas de cannabis
Tras detectar un patrón creciente de intoxicación asociado al consumo de golosinas de cannabis, Sanidad ha decidido prohibir su venta de forma inmediata. Esta medida se toma tras constatar que, aunque estas chucherías no contienen THC, la sustancia psicoactiva del cannabis, sí incluyen otros compuestos semisintéticos que pueden tener efectos similares y peligrosos para la salud.
La prohibición entró en vigor el 22 de abril, debido a que estas golosinas contienen cannabinoides semisintéticos como el THCP y el HHC, preparados en laboratorio, sin controles farmacéuticos ni indicaciones sanitarias.
Intervención nacional ante un riesgo para salud pública
El Hospital Clínic de Barcelona alertó que en 2024, al menos 24 personas fueron atendidas por intoxicación tras consumir estas golosinas. Se estima que, al menos, dos casos al mes ocurren solo en Barcelona, situación que motivó al Ayuntamiento, la Guardia Urbana y la Agència de Salut Pública a intensificar las inspecciones.
Ante la expansión de casos a otras ciudades de España, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN) y la Agencia Española de Medicamentos intervinieron para aplicar la prohibición a nivel nacional, considerando el producto como una amenaza creciente.
Estas golosinas, anteriormente vendidas libremente en tiendas especializadas en cannabis y CBD, carecían de información clara sobre sus efectos. Además, muchos de estos establecimientos operan bajo el epígrafe de "floristerías", lo que dificulta su control.
Riesgo de banalización del cannabis
Expertos advierten que la venta libre de estas chucherías banaliza el consumo de estupefacientes, promoviendo un uso irresponsable y sin supervisión médica, distinto al consumo controlado del cannabis medicinal.
