
Cada 23 de abril, Castilla y León celebra su identidad, conmemorando la Batalla de Villalar y el espíritu comunero. Pero más allá de la historia, esta fecha es una oportunidad perfecta para rendir homenaje a una de las gastronomías más ricas y diversas de España, así como a sus prestigiosos vinos, que conquistan paladares dentro y fuera del país.
Una tierra de productos nobles
La despensa de Castilla y León está marcada por la calidad de sus productos, reflejo de una tierra extensa y generosa. Entre los más emblemáticos encontramos:
Lechazo asado: especialmente en Valladolid, Palencia y Burgos.
Morcilla de Burgos: con arroz, cebolla y pimentón.
Cecina de León: curada al aire de la montaña.
Queso zamorano y castellano: de leche de oveja, intensos y aromáticos.
Legumbres de calidad: como las lentejas de La Armuña o el garbanzo de Fuentesaúco.
Vinos con denominación de origen y carácter
Castilla y León es hogar de algunas de las denominaciones de origen más reconocidas del panorama vitivinícola español:
Ribera del Duero: famosa por sus tintos potentes y elegantes.
Rueda: reina del verdejo, fresco y afrutado.
Toro: vinos con cuerpo y gran expresividad.
Bierzo: donde la uva mencía ofrece tintos frescos y minerales.
Cigales, Arribes, Tierra del Vino de Zamora, Arlanza... una diversidad que enriquece.
Vinos que cuentan historias
La ruta puede comenzar en la Ribera del Duero, donde la mítica Bodega Vega Sicilia abre sus puertas a quienes buscan comprender la esencia de los grandes vinos españoles. Muy cerca, en Peñafiel, las modernas instalaciones de Bodegas Protos permiten recorrer desde cuevas centenarias hasta edificios de vanguardia, todo mientras se degustan tintos de cuerpo y alma.
Para quienes prefieren los blancos, en Rueda, la Bodega Cuatro Rayas ofrece catas de su famoso verdejo, fresco y vibrante. En El Bierzo, los tintos de mencía encuentran su máxima expresión en Dominio de Tares, con visitas que combinan naturaleza y sabor.
Restaurantes donde la tradición se transforma en arte
A la hora de sentarse a la mesa, Castilla y León presume de templos gastronómicos donde la tradición se eleva. En Benavente, el restaurante El Ermitaño, galardonado con una estrella Michelin, fusiona lo clásico y lo contemporáneo con productos locales como las setas o las legumbres.
En León, Cocinandos ofrece un menú degustación que recorre los sabores de la región con creatividad y respeto. Y para quienes buscan una experiencia histórica, el legendario Mesón de Cándido en Segovia sigue asombrando con su cochinillo asado, servido con el mismo ritual que lo hiciera famoso.
Más al norte, en Burgos, Casa Ojeda continúa siendo un referente donde el cordero lechal y la morcilla de Burgos son protagonistas. Mientras tanto, en Peñafiel, junto a viñedos, Ambivium sorprende con maridajes de alta cocina, en plena sintonía con los vinos de Pago de Carraovejas.
Celebrar el día a través de la mesa
En esta jornada festiva, muchos restaurantes de la región elaboran menús especiales, basados en productos locales y recetas tradicionales. También se celebran ferias gastronómicas, catas de vino y encuentros enogastronómicos.
“La cocina de Castilla y León es la memoria viva de nuestras raíces. Cada plato, cada vino, nos habla de un pueblo que ama su tierra”, afirman chefs y productores locales.