
La industria vitivinícola funciona como una gran familia global, donde incluso las pequeñas bodegas pueden sentirse arropadas, reconocidas y proyectadas a nivel internacional.. En el marco de la II Cumbre Global de Enoturismo Responsable, celebrada en Yantai, China —evento donde la ciudad recibió la certificación como Destino Responsable de Enoturismo—, el representante de la bodega catalana Cavas Parés Baltà, Joan Cusiné, compartió con Excelencias Gourmet su visión sobre el presente y el futuro del vino desde una perspectiva familiar, sostenible y emocional.
Para Cusiné, esa red afectiva no solo impulsa la colaboración, sino que también dignifica al productor y lo proyecta como dinamizador turístico, subrayando el papel de la Organización Mundial del Enoturismo, sus certificaciones y su Academia como plataformas de cohesión e impulso para este tipo de proyectos familiares, que, pareciendo más pequeños, son enormemente esenciales para la industria.
Una bodega familiar con visión contemporánea
Situada en la provincia de Barcelona, Cavas Parés Baltà cuenta con 200 hectáreas de viñedo en manos de una familia que ha mantenido la tradición sin renunciar a la innovación, llegando a producir hasta 900.000 litros de vino al año. En los últimos cuarenta años, la bodega ha vivido un crecimiento sostenido, con una clara orientación hacia el enoturismo en la última década.
Te puede interesar: Beber mejor, no más: la nueva cultura del vino
Actualmente, la finca recibe hasta 10.000 visitantes al año, procedentes principalmente de Escandinavia, Estados Unidos y Canadá, aunque con una presencia creciente de enoturistas asiáticos.
Esta dimensión experiencial del vino no solo ha fortalecido el vínculo entre la bodega y el consumidor, sino que también ha permitido consolidar una narrativa propia: vinos honestos, saludables y conectados emocionalmente con quien los bebe.
Uno de los grandes retos que Cusiné identifica es el de conectar con las nuevas generaciones de consumidores. En su opinión, la comunicación y el producto deben dirigirse a un público joven que busca autenticidad, sostenibilidad y emoción. Aprovechando el marco de esta cumbre internacional, Cusiné comparte que no se trata solo de beber vino, sino de entenderlo y disfrutarlo con conciencia. Desde la bodega, observan que la salud es una clave esencial para este nuevo consumidor con apuestas como la elaboración respetuosa, en un mundo cada vez más exigente y comprometido.
China, horizonte estratégico
Cavas Parés Baltà ve en China no solo un mercado estratégico, sino un actor clave en el futuro del enoturismo global. Cusiné resaltó el crecimiento del interés por el vino español en el país asiático, así como el surgimiento de un turista chino cada vez más interesado en experiencias gastronómicas integrales.
Lee también: El sueño de un pasaporte enoturístico en la península ibérica
Esta evolución encaja perfectamente con el concepto que maneja la bodega: una mentalidad abierta, pero anclada en el compromiso emocional con el consumidor.