Gastronomía en la Feria del Caballo de Jerez: tradición andaluza a ritmo de caseta

Creado:
Autor:
Credito
Redacción Excelencias
Categoría
Gastronomía en la Feria del Caballo de Jerez

Gastronomía, caballos cartujanos, trajes de flamenca y un ambiente vibrante hacen de la Feria del Caballo de Jerez una celebración única de sabor y tradición. Esta feria no solo deslumbra por sus caballos cartujanos, sus trajes de flamenca y su ambiente vibrante, sino también por su auténtica oferta gastronómica. 

Esta fiesta, declarada de Interés Turístico Internacional, convierte cada caseta en un templo del sabor donde el arte del buen comer andaluz cobra vida.

Pescaíto frito: el rey de las casetas

Todo comienza con la jornada del pescaíto frito, una tradición que marca el inicio de la feria. Boquerones, chocos, adobo y puntillitas se sirven recién fritos, con una textura crujiente y un aroma inconfundible. Nada mejor para acompañarlo que una copa de manzanilla bien fría o un vaso de fino de la D.O. Jerez-Xérès-Sherry.

Jamón ibérico y queso: el sabor del sur

En cada caseta, no faltan las tablas de jamón ibérico de bellota cortado a cuchillo y los quesos curados de la Sierra de Cádiz, productos que forman parte del ADN gastronómico de Jerez. Un lujo simple que eleva cualquier aperitivo al compás de las palmas y las sevillanas.

El rebujito: alma líquida de la feria

Mitad manzanilla, mitad refresco de lima-limón y mucho hielo: así se prepara el rebujito, la bebida más representativa de la Feria del Caballo. Refrescante y festivo, acompaña las largas jornadas entre bailes, risas y reencuentros.

Tapas con duende y guisos de cuchara

La feria también es lugar para guisos reconfortantes como la berza jerezana, los garbanzos con langostinos o el menudo. Entre las tapas más buscadas están la tortilla española, los montaditos, las croquetas caseras y los clásicos aliños andaluces.

Gastronomía inclusiva y con sabor local

Muchas casetas han sabido reinventarse, incluyendo en sus menús opciones sin gluten, platos veganos y recetas con influencias internacionales. Todo ello sin perder el alma de la cocina jerezana, basada en el producto de cercanía: aceite de oliva virgen extra, panes artesanos, y, por supuesto, los vinos generosos de la región.

En la Feria del Caballo de Jerez, cada tapa, cada brindis y cada plato son un homenaje a la gastronomía andaluza. Una celebración de la identidad culinaria del sur, entre alegría, música y la hospitalidad de una tierra que sabe acoger y compartir.

Credito
Redacción Excelencias