
La Feria de Abril de Sevilla no solo es una de las fiestas más importantes y coloridas de España, también es una explosión de sabor. En las casetas del Real, decoradas con farolillos y al ritmo de sevillanas, la comida y la bebida se convierten en protagonistas imprescindibles de esta celebración donde la gastronomía andaluza se luce en su máxima expresión.
El clásico imprescindible: el pescaíto frito
El arranque oficial de la feria es la "noche del pescaíto", una cena tradicional que da el pistoletazo de salida a la semana grande. En esta velada se sirve una variedad de pescados fritos: boquerones, chocos, acedías, puntillitas o calamares, todos rebozados y fritos en aceite de oliva hasta alcanzar ese dorado crujiente característico. Se acompaña con pan, limón y mucho rebujito.
El rebujito: la bebida reina
Aunque no se come, no se puede hablar de la feria sin mencionar el rebujito, la bebida estrella que acompaña cualquier comida o tapeo durante toda la semana. Elaborado con manzanilla de Sanlúcar o fino de Jerez y refresco de lima-limón con mucho hielo, es la fórmula perfecta para refrescarse bajo el sol sevillano y animar el ambiente.
Tapas y guisos caseros: sabor de hogar
Durante la Feria, cada caseta actúa como un restaurante con alma familiar. Entre los platos más demandados destacan:
Tortilla de patatas: jugosa y clásica, no falta en ninguna caseta.
Jamón ibérico y caña de lomo: cortados al momento, son el entrante perfecto.
Queso curado: especialmente el manchego o el de oveja andaluz.
Guisos del día: Platos como papas con chocos o garbanzos con bacalao, que ofrecen un sabor casero y reconfortante .
Huevos a la flamenca: con tomate, guisantes y chorizo, servidos en cazuela de barro.
Carrillada ibérica: melosa, con salsa de vino tinto o Pedro Ximénez.
Dulces tradicionales: el broche de oro
Después de comer y bailar, llega el momento del postre. Los dulces que no faltan en la feria incluyen:
Pestiños: con miel o azúcar, son típicos de todas las celebraciones andaluzas.
Churros con chocolate: perfectos para recobrar fuerzas de madrugada.
Tocino de cielo o flan casero: en muchas casetas, hechos por manos expertas.
Un festín para los sentidos
La Feria de Sevilla es una celebración que va mucho más allá. Su gastronomía representa la riqueza cultural de Andalucía, una cocina que une tradición, alegría y producto local en cada plato.
Comer en la feria es una experiencia social, donde se comparten tapas entre bailes, conversaciones y brindis.