
Para muchos el paraíso luce muy parecido a una copa con música de fondo, o lo que es lo mismo a un hi-fi bar. Probablemente sin ponerle un nombre concreto más de uno ha propuesto este plan para un afterwork o una tarde de domingo. Aunque en este caso, la idea tiene sus propias reglas: coctelería, alta calidad de sonido principalmente jazz y electrónica, un aire analógico y siempre escucha activa. Lejos de la estridencia, estos espacios invitan a disfrutar en igual medida un buen trago y buena música.
Una declaración de amor al vinilo.
Del jazz kissa al Eixample: filosofía y fiebre de los hi-fi bars
Esta historia comienza en el Japón de los años 20 y los “jazz kissa”. Aquellos nacieron como refugios para melómanos sin acceso a equipos de calidad ni a los discos de jazz americano. Se volvieron en sitios exclusivos y a la vez una suerte de secta musical que derivó en consolidarlos en puntos de reunión para disfrutar del arte sonoro, en este caso con una taza de té, como quien visita un museo o una sala de conciertos. Un siglo después, el concepto ha cobrado auge en Europa sobre todo en ciudades como Barcelona, Londres, Ámsterdam o Madrid.
Hi-fi Bars en España
Un ejemplo de ellos es el Curtis Audiophile Café, cuya oferta incluye cervezas pilsner y artesanales, vinos, vermut, etc. Una filosofía similar exhibe Oblicuo Hi-Fi Bar, con sonido diseñado por Giorgio Di Salvo y una carta de coctelería de autor donde destilados o fermentados con una bodega a base de vinos naturales.
Otros como La Analógica en Madrid apuestan por una mixología basada en home mading, lo cual unido a su ambiente vintage encabeza algunos de los sitios más atractivos. Asimismo, en la capital española se ubica el Tempo Hi-Fi Bar, donde se sirve coctelería clásica, al estilo del Bloody Mary, Caipirinha pay otras menos tradicionales como el Mary Pickford o el Grove Lemonade.
También cuenta con una oferta gastronómica con un menú de tapas a cargo del chef David García con platos como el huevo asado de corral, crema esponjosa de patata, croquetas y jamón ibérico , o platos principales exóticos como, aguacate y ajoblanco de coco.
Especializado en vinos naturales y kombuchas, el GOTA Wine responde al concepto de bar clandestino. Aquí no gusta lo normativo, por eso no tiene carta de bebidas, aquí los sumilleres sugieren según el gusto musical o la comida, de influencia italiana, con que se desee maridar.
A medio camino entre el bar y el restaurante hi-fi se halla Los 33, el puesto 15 del ránking de los 101 World's Best Steak Restaurants 2024. Esta instalación cuenta con el liderazgo en cocina del joven chef Oswaldo González. De ahí que sea ideal para quienes buscan un bar de tapeo
En cualquier caso siempre será una experiencia inmersiva sin necesidad de estridencias.