Los buenos deseos, propósitos y arrepentimientos, se olvidaron al abrir nuevamente las puertas al turismo. Vuelvo a ver a meseros o camareros que llevan los cubiertos en las manos para remontar una mesa sin procesos, equipos o insumos de bioinocuidad, que en los hoteles ya no tienen las medidas necesarias de desinfección, que ahora nos saludamos, besamos e incluso compartimos comida o dulces de mano a mano sin desinfectarlas, yo lo hice...








