Aunque ya no es como antes, todavía las diferentes estaciones del año permiten singularizar la oferta gastronómica de alguna manera (al igual que las pasarelas de moda se hacen de primavera/verano y de otoño/invierno). Como es lógico, la naturaleza no ofrece los mismos elementos en la temporada de primavera que en invierno, en otoño o en verano.