A veces no es necesario elegir un refresco zero para disfrutar de una bebida fresca y sin azúcar. En realidad, hay opciones mucho más naturales y saludables. Es el caso de las aguas infusionadas, a base de frutas, hierbas y especias. La elaboración es tan infinita como combinaciones se le puedan ocurrir a cada cual. Los ingredientes más comunes suelen ser limón, pepino, jengibre o menta.
Lo mejor de ellas es que no incluyen calorías extras, lo que las convierte en una alternativa perfecta para quienes buscan cuidar su salud sin renunciar al placer.
Beneficios de las aguas infusionadas para la salud
El primer gran beneficio de las aguas infusionadas es su capacidad para mantener el cuerpo hidratado. Ello hace que contribuya a funciones esenciales como la circulación, la digestión y la regulación de la temperatura. Mientras, la adición de frutas y hierbas además de potenciar tales efectos, ayuda a depurar toxinas y contribuir al funcionamiento de órganos clave como el hígado y los riñones.
En cambio, el jengibre y el pepino son conocidos por aliviar problemas digestivos y aportar un efecto antiinflamatorio; el limón y las mentas aportan frescor y propiedades antioxidantes, y en el primer caso un alto contenido en vitamina C. La menta es ideal para aliviar tensiones. No obstante, la mezcla de varios de ellos es la clave para elevar sus propiedades naturales
Aunque no hay evidencia científica de que ayude a perder peso ni constituirse bebidas detox, sí es real su capacidad para calmar el apetito y la sed, regular el metabolismo y a establecer hábitos más saludables. Se trata, en definitiva, de decirle sí a lo natural, a lo sencillo, pero con grandes beneficios.
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