¿En qué momento pedir sushi se volvió tan complicado? Para los occidentales, hace no mucho tiempo, este clásico de la gastronomía japonesa era sinónimo de pescado crudo enrollado en arroz. Sin embargo, en la medida que ha crecido la popularidad por la cocina asiática cada vez proliferan en carta conceptos que marcan la diferencia entre ser apenas un novato y un experto en sushi. De seguro te suenan los nombres de nigiri o maki, todos responden técnicamente al gran sombrilla del sushi, eso sí, con algunas licencias. Te contamos algunas de sus particularidades para que sepas distinguirlos
Maki, el sushi más tradicional
Si traducimos enrollado al japonés la respuesta justamente será maki y es que es esta la elaboración con la que más se suele asociar al sushi que es en realidad la simple técnica de aderezar arroz con vinagre, azúcar y sal.
En este caso el empleo de alga nori es imprescindible para envolver el arroz avinagrado. Mientras, el relleno es más variado, puede ser pescado, marisco, vegetales o frutas. Se corta en pequeños cilindros ideales para comer de un solo bocado.
Derivadas de esta, se han creado también las versiones del uramaki (sushi invertido, con el arroz por fuera) o el futomaki (más grueso y con múltiples ingredientes).
Nigiri, el sushi “más liberal”
El nigiri es una de las recetas más típicas de Japón también. La base es una porción de arroz avinagrado moldeada a mano sobre la que se coloca una pieza de pescado, marisco o incluso tortilla japonesa (tamago). De ahí que sea una suerte de sushi en libertad, no encerrado en formas cilíndricas.
En ocasiones, se emplea una fina tira de alga nori para mantenerlo unido. El toque final lo pone la salsa de soja donde se suele mojar ya sea usando las manos o los palillos.
Sashimi: pescado crudo en su estado más puro
Aunque se le suele colar en el universo del sushi, el sashimi realmente no tributa a él, puesto que no incluye arroz en su elaboración. Se trata de la forma más pura y minimalista de disfrutar el pescado o marisco crudo. Consiste en finas láminas cortadas con precisión, servidas sin aderezos. Su secreto está en la calidad del pescado y en la maestría del corte.
Para complementarlo, el sashimi suele presentarse con guarniciones ligeras como rábano daikon rallado, alga wakame o jengibre encurtido, y se acompaña de salsa de soja y wasabi.
