
La coctelería de agave se ha convertido en una de las grandes protagonistas de la mixología mundial. Originarios de México, el tequila y el mezcal han ido ganando terreno entre las bebidas espirituosas gracias a su peculiar versatilidad y a su profundo arraigo cultural. En su país de origen, estos licores de agave han dejado de consumirse únicamente “con sal y limón” para incorporarse a una mixología cada vez más especializada.
Gracias a su inclusión en actos como la celebración del Cinco de Mayo hasta el respaldo de celebridades nacionales, el tequila y el mezcal forman hoy parte de la alta coctelería, demostrando una versatilidad con carácter.
El renacer del agave en la alta coctelería
Históricamente, el tequila era percibido como un destilado rústico, pero esa visión se ha ido desdibujando. Bartenders de todo el mundo reinterpretan clásicos, sustituyendo ron o whisky por mezcal, o añadiendo tequila a recetas originarias de otras culturas. La búsqueda del sabor umami impulsa el uso del agave para aportar profundidad a las mezclas, mientras que técnicas como el encurtido, el fermentado o el fat-washing amplían aún más el abanico de posibilidades.
La coctelería de agave demuestra que estos destilados no sólo han superado el estereotipo, sino que ofrecen infinitas posibilidades creativas. Desde combinaciones cítricas hasta reinterpretaciones ahumadas de clásicos, el agave reafirma su lugar en las barras de todo el mundo y promete seguir sorprendiendo a bartenders y aficionados por igual.
Recetas clásicas reinventadas con tequila y mezcal
Tequila Sunrise Spritz
Uno de los cócteles que mejor ejemplifica la fusión de tradiciones es el Tequila Sunrise Spritz, un viaje de Italia a México que conquista en verano.

30 ml de tequila reposado
90 ml de jugo de naranja
15 ml de jugo de limón
30 ml de Aperol
60 ml de Prosecco o cualquier vino blanco espumoso
Chorrito de agua mineral
Cubitos de hielo
Se elabora mezclando el tequila reposado con el de jugo de naranja y de limón, a los que se añade el Aperol. Se sirve en un vaso alto con hielo y, tras verter la mezcla de tequila y cítricos, se completa con Prosecco —o cualquier otro vino blanco espumoso— y un ligero chorrito de agua mineral.
Mezcal Old Fashioned

También como conocido Old Fashioned Oaxaqueño, la inclusión del mezcal ofrece un giro moderno a un icónico y sofisticado cóctel.
45 ml de mezcal reposado
15 ml de mezcal joven
7 ml de jarabe de agave
4 gotas de amargo de chocolate
Rodaja de naranja y rodaja de jalapeño (opcional)
Cubitos de hielo
En un vaso corto con hielo se combinan mezcal reposado, el mezcal joven, el jarabe de agave y unas gotas de amargo de chocolate. Una vez removido suavemente para enfriar todos los ingredientes, se decora con una rodaja de naranja y, si se desea un toque picante, se introducen finas láminas de jalapeño fresco.