
El 46º Congreso Mundial de la Viña y el Vino inició este lunes en Chișinău, la capital de la República de Moldavia. La cita organizada por la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) reúne hasta el próximo 20 de junio a representantes de 51 países miembros así como expertos, investigadores, viticultores, enólogos y responsables políticos del sector.
Bajo el lema “Forjar el futuro de la viña y el vino: abrazar la resiliencia, elevar el valor, fomentar la innovación”, el congreso se centra en los retos globales del sector y la necesidad de reforzar su sostenibilidad, innovación técnica y conexión con la sociedad a partir de sesiones de debate en torno al impacto del cambio climático, las nuevas tendencias de consumo y el potencial del enoturismo.
La identidad vitivinícola moldava y el creciente reconocimiento internacional de sus variedades autóctonas, como Feteasca Albă, Feteasca Neagră, Rara Neagră, Viorica o Floricica fue uno de los temas de la jornada inaugural. Con ello se logra impulsar la visibilidad del país como actor emergente en el escenario vitivinícola global
Asimismo, se presentaron los últimos datos de producción de uva a nivel mundial en 2024, revelando una importante caída en la producción de vino debido al cambio climático, así como un descenso en el consumo motivado por factores económicos y sociales. Aunque, se pudo concluir que las exportaciones se han mantenido estables tanto en volumen como en valor.
Como complemento al congreso tendrán lugar actividades paralelas enfocadas en la promoción del turismo del vino en Moldavia.