
El estrés es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones que percibe como amenazas. Cuando esto ocurre, se produce la secreción de cortisol, una hormona esteroide que activa múltiples funciones fisiológicas para preparar al organismo, ya sea ante un estrés físico o emocional. Aunque el cortisol es necesario para regular el metabolismo y el sistema inmunológico, niveles elevados de forma prolongada pueden ser nocivos para la salud física y mental.
El poder de lo que comemos: alimentación anti-estrés
Esta secreción continuada del cortisol responde a irregularidades como el estrés crónico, acrecentado por la situación social actual y el uso excesivo de las redes sociales que no permite la desconexión.
Para equilibrar esta situación, la alimentación juega un papel fundamental. Una dieta adecuada puede contribuir a la regulación de esta hormona mediante la síntesis de neurotransmisores como la dopamina y la serotonina, que promueven el bienestar emocional y por tanto, físico.
El sistema digestivo también siente: mantener la salud digestiva sin estrés
Un concepto clave en esta ecuación es la somatización, es decir, cómo el cuerpo expresa las emociones de forma física (por ejemplo, los nervios que se reflejan en el estómago o las famosas “mariposas” que reflejan la ilusión en el órgano). El sistema digestivo actúa como un “segundo cerebro” y es especialmente sensible al estrés. Por eso, cuidar nuestro estómago no es solo una cuestión de nutrición.
“Se ha observado una relación entre la ansiedad y un alto consumo de grasas saturadas, junto a una dieta pobre en frutas y baja en nutrientes”, según diversos estudios científicos.”
En definitiva, reducir el cortisol no significa eliminar el estrés por completo. Pero sí es posible gestionar mejor sus efectos a través de la alimentación y de un estilo de vida más consciente y equilibrado.
Alimentos que ayudan a reducir el cortisol
Diversos alimentos pueden contribuir de forma natural a equilibrar los niveles de cortisol. Aquí te presentamos algunos de los más recomendados:
- Probióticos y prebióticos: arándanos, frutos rojos, tubérculos, vegetales de hoja verde
- Semillas: sésamo, calabaza, lino
- Chocolate negro (mínimo 70 % cacao)
- Alimentos ricos en triptófano: huevos, nueces, legumbres
Vitaminas A (frutas como el mango, el albaricoque y el melón), B (pescado, pollo, carne de res, huevos y lácteos) y C (naranja, kiwi, pimientos, tomate)
- Minerales esenciales: hierro, magnesio y zinc
Hábitos recomendados para reducir el cortisol
Más allá de los alimentos concretos, es importante adoptar hábitos saludables que favorezcan la estabilidad hormonal y el bienestar general:
- Comer de forma consciente y sin prisa
- Mantener horarios regulares de comida (y sueño)
- Cuidar la hidratación diaria
- Incluir proteínas de calidad en cada comida (y equilibrar el menú)
- Realizar actividad física regular, aunque sea moderada