Salud digestiva: clave del equilibrio cuerpo-mente

Creado:
Autor:
Credito
Gabriela Sánchez
Categoría
Salud digestiva

¿Y si pensamos más con el intestino que con el corazón e incluso la cabeza? De lo primero no caben dudas, y aquí no hay poesía sino ciencia. No es solo una moda ni una exageración: la salud digestiva, eso que sucede en tu intestino influye directamente en cómo piensas, cómo te sientes y cómo vives. 

Cada vez más estudios coinciden en la relación directa entre salud digestiva y bienestar integral, certeza que sirve para afirmar que tu segundo cerebro está en el intestino. La razón es que el intestino tiene más de 100 millones de neuronas, por lo que lanza constantemente “mensajes”. Pero, y lo que muy pocos imaginan es que  el 90% de la serotonina —el neurotransmisor de la felicidad— se produce en el intestino.

Existen tres sistemas clave que conectan ambos extremos de esta autopista interna: el sistema endocrino (que comunica emociones y digestión), el inmunológico (cuya desestabilización puede provocar inflamación) y el sistema nervioso autónomo (que regula todo el proceso digestivo).

El rostro más triste de ello es que el 40% de la población mundial sufre algún tipo de afección digestiva. De ahí que la apuesta por la concientización por una buena alimentación sea foco de las campañas más recientes.   

En ese sentido, uno de los padecimientos que ha ganado terreno en los últimos tiempos es el SIBO, el cual supone un sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado capaz de alterar la digestión y la absorción de nutrientes, y derivar síntomas como dolor abdominal, hinchazón, diarrea, y en algunos casos, pérdida de peso o malnutrición. 

¿Cómo afecta la digestión a la salud mental?

Una microbiota dañada se traduce, en el plano visible, en hinchazón abdominal, aunque a lo interno supone afectaciones al hipocampo, ansiedad o depresión en niveles altos. De hecho, según datos de la OMS, más de 300 millones de personas en el mundo sufren trastornos depresivos ¿Cuántos de ellos tendrán su origen, o al menos una parte de él, en el intestino?

Si bien directamente no es posible hallar la proporción, si aplicamos el análisis a la inversa encontramos lo que sí contribuye a su prevención. Un estudio de la Universidad de Virginia en 2017 comprobó que, por ejemplo, el consumo de yogur con Lactobacillus reducía metabolitos inflamatorios y mejoraba el estado de ánimo en ratones. De forma similar ocurre en humanos cuando se prioriza una alimentación rica en fibra, agua, alimentos fermentados y nutrientes esenciales.

probióticos
Los probióticos tienen un impacto muy positivo en la salud intestinal

La prevención, por tanto, resulta más sencilla del daño que pueda implicar. A veces rutinas tan aparentemente triviales como comer despacio, en horarios regulares, practicar ejercicio diario y beber abundante agua. Y es que, en realidad, casi cualquier padecimiento puede hallar su causa en lo que comemos, antes de tener motivos externos. 

Atender más a la dieta, a las etiquetas y a cómo lo gestiona el organismo son la clave para ser felices de cuerpo y alma.  

Lee también: Consejos alimentarios para reducir el cortisol

Credito
Gabriela Sánchez