Como tantos otros tropos en la cultura de chef contemporánea, el extraño negocio de "devolver" las estrellas Michelin parece remontarse a Marco Pierre White. White, el chef estrella del rock arquetípico, conocido tanto por su temperamento y su retrato icónico como por su destreza en la cocina.
Sébastien, que sigue los pasos de su padre Michel, ahora ya jubilado aunque ejerciendo en la actualidad labores mediáticas por el mundo, donde es reclamado en varios países para disertar conferencias y ponencias sobre las nuevas corrientes de la gastronomía de élite, es un lince en la cocina. Tiene una clarividencia de ideas en la cocina y alardea tener dotes para ejercer la diplomacia.
Aquella impaciencia de algunos restauradores por ver si algún día tenían la gran suerte de que por la puerta de su restaurante entraba un inspector de la Guía Michelin (de una manera anónima o no tanto) ha ido disminuyendo bastante, hasta el punto que para muchos ha dejado de tener interés el proyecto de figurar en una futura edición de Michelin.
Michel Bras está de vuelta de todo. Aunque en 2007 dio un paso al lado para dejar las riendas de Le Suquet a su hijo Sébastien, no se retiró de la cocina y hoy, a sus 71 años recién cumplidos, como si vislumbrara el futuro que espera que a todos nos espere, se ha dedicado a su proyecto sobre cocina para ancianos, especialmente a los que viven en residencias.
El chef Sébastien Bras ha anunciado mediante un video publicado en la página de Facebook del restaurante que dirige Le Suquet, que renuncia a las tres estrellas Michelin con las que estaba distinguido el establecimiento, por lo que ha comunicado a la guía Michelin que no lo incluya en su selección de 2018.
Sébastien Bras es junto a su padre, Michel Bras, un icono de la gastronomía francesa que aúna tradición y vanguardia. Es el Chef al frente del restaurante Bras situado en el Aubrac, departamento de Aveyron, Francia desde 2009, galardonado con 3 estrellas Michelin. En estrevista nos comenta acerca de su historia e inspiración culinaria.