La llegada del carrito de los helados es el mayor símbolo de felicidad de cualquier niño en verano; atiborrarse a helado cuando te rompen el corazón; tomar helados cuando uno enferma de la garganta… El helado es el postre por excelencia. Es principal, es acompañante, pero sobre todo, llena de felicidad a todo el que puebe su sabor favorito.
 
 







