El concepto de "vino mineral" ha ganado popularidad en el mundo vitivinícola, pero su significado es objeto de debate. Se refiere a sensaciones de frescura y salinidad que los catadores asocian con ciertos vinos, especialmente blancos como Chardonnay, Riesling y Sauvignon Blanc. Este término está vinculado al concepto de terroir, que considera la influencia del suelo, el clima y las prácticas agrícolas en el vino. Aunque se argumenta que suelos ricos en minerales aportan complejidad al vino, la ciencia sugiere que los compuestos minerales no influyen significativamente en el sabor. En cambio, la mineralidad podría ser una construcción sensorial relacionada con la acidez y frescura del vino. Además, el término se utiliza como herramienta de marketing en un mercado competitivo, lo que puede generar confusión.