Icono del heavy metal, Ozzy Osbourne siguió al pie de la letra todos sus mandamientos: sexo, drogas y rock and roll. De la primera no sabemos, la segunda la dejó, y la tercera fue su placer hasta que falleció ayer a los 76 años. Parece mentira pensar que el llamado Príncipe de las Tinieblas era un fiel seguidor de la dieta saludable, con preferencia por la manzana Pink Lady y afición por una humilde sopa de vegetales en lugar cualquiera de los mitos alimentarios que se asocian a este género musical y, en especial, al líder de Black Sabbath.
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¿Ozzy Osbourne comía murciélagos?
Aunque “extravagante” sería la palabra, cuando se mezclan términos como comer y Ozzy Osbourne en la misma frase, es inevitable que aparezca el infame “murciélago”. Aquel mordisco quedó grabado en la historia de la música como uno de los momentos más surrealistas del heavy metal.
La verdad (in)discutible: los murciélagos no formaban parte de su dieta
En 1972, durante un concierto en Iowa (Estados Unidos), el vocalista de Black Sabbath recogió un murciélago muerto que algún fanático lanzó al escenario. Como explicó en varias entrevistas, Osbourne pensó que era un juguete... y se lo llevó a la boca. Tras morderlo, supo que de ficticio no tenía nada.
Entre risas entrañables, gafas oscuras y la larga cabellera a la que fue fiel hasta el final, Ozzy bromeaba que no entendía “por qué nadie lo frenó”. Al terminar el show fue llevado de inmediato al hospital, donde inició un fuerte tratamiento contra la rabia. Este desafortunado acontecimiento ocurrió cuando tenía tan solo 24 años y generó mitos sobre su dieta que lo acompañaron hasta el final de sus días.
La verdadera adicción de Ozzy: manzanas y comida sana
Hay dos anécdotas que reflejan que al Príncipe de las Tinieblas, en realidad, lo que le iba era la comida saludable. Se cuenta que, durante una gira por Sudamérica, los chefs de un hotel le ofrecieron las mejores delicias. Sin embargo, Ozzy se decantó por una velouté de verduras, es decir, una sopa caliente y cremosa de vegetales de la que no quedó ni rastro.
Esto cuadra perfectamente con su amor por las manzanas Pink Lady, que él mismo confesó “no poder dejar de comer”. Su hija Kelly afirmó que su padre podía comerse hasta 30 al día.
Así era su pasión por esta fruta, tan simbólica y recurrente incluso en el imaginario letrista del heavy metal.
Bien es sabido que Osbourne libró una dura batalla contra el alcohol y las drogas. Por eso, este cambio hacia una alimentación sana no solo refleja un giro en su vida personal, sino también una evolución hacia un estilo de vida mucho más saludable de lo que el mito del rock nos hizo creer.
¿Qué más comía el 'Prince of Darkness'?
Algunos medios aseguran que el líder de Black Sabbath era fanático de los burritos mexicanos, aunque también tenía predilección por alimentos como el requesón, el regaliz negro, el pescado y la lasaña de pollo.
Una dieta equilibrada que contrasta con la intensidad de su puesta en escena. Porque, mientras su alimentación fue volviéndose más suave, su vida sobre el escenario seguía siendo una explosión de fuego, vitalidad y espectáculo. Un legado que no ha terminado, sino que permanece en la historia del rock y en la memoria de los fans del eterno Príncipe de las Tinieblas.
