
Pocos productos tienen una historia tan curiosa y global como el Red Bull. Conocido por su icónico eslogan “Red Bull te da alas” y su asociación con deportes extremos, esta bebida energética se ha convertido en un fenómeno mundial. Sin embargo, su origen no se encuentra en las montañas de Austria, sino en las calles de Tailandia.
Krating Daeng: el Red Bull original
En los años 70, Chaleo Yoovidhya, un farmacéutico y empresario tailandés, desarrolló un tónico bebible llamado Krating Daeng. La fórmula estaba pensada para camioneros, jornaleros y trabajadores de largas jornadas que necesitaban un refuerzo de energía. Este elixir combinaba cafeína, taurina, glucosa y vitaminas del grupo B, y se vendía en botellas de vidrio, sin gas y con un sabor marcadamente dulce.
En tailandés, “Krating” se refiere a un tipo de bisonte salvaje, y “Daeng” significa rojo. El logo original, dos toros rojos enfrentados, permanece prácticamente intacto hasta hoy, rindiendo homenaje a su identidad asiática.
Red Bull y el salto a Occidente:
Durante un viaje de negocios a Tailandia en 1982, Dietrich Mateschitz, un empresario austriaco del sector cosmético descubrió el Krating Daeng y notó que le ayudaba con el jet lag. Fascinado, propuso asociarse con Chaleo para adaptar la fórmula al gusto occidental: se le añadió gas, se redujo el dulzor y se creó una nueva marca. Así nació Red Bull GmbH en 1984.
El acuerdo fue simple: Yoovidhya mantendría los derechos en Asia, y Mateschitz se encargaría del resto del mundo. Hoy, la familia Yoovidhya aún conserva el 51 % de la empresa.
De Bangkok al mundo: expansión y marketing
Red Bull fue lanzado oficialmente en Austria en 1987, y su éxito fue inmediato. Mateschitz no solo vendía una bebida: vendía una actitud, un estilo de vida lleno de energía, riesgo y aventura. Las campañas publicitarias revolucionarias y el patrocinio de deportes extremos hicieron que Red Bull trascendiera el mercado de bebidas para convertirse en una marca cultural global.
Actualmente, Red Bull está presente en más de 170 países y se consumen más de 11.000 millones de latas al año.
¿Qué lo hace especial?
Aunque hoy existen muchas bebidas energéticas, Red Bull sigue siendo líder mundial por su fórmula balanceada, su capacidad de adaptarse a los gustos locales y su narrativa de marca. Pocos consumidores saben que esa historia comenzó en un laboratorio tailandés, en una botella sin gas, pensada para combatir el cansancio del día a día.
Red Bull, un símbolo de la globalización
Red Bull es, en esencia, una historia de éxito intercultural. Es el ejemplo perfecto de cómo una bebida local, pensada para resolver un problema específico, puede convertirse en un fenómeno planetario gracias a una visión estratégica. A la vez, es un homenaje al ingenio tailandés y a la capacidad de adaptación de la gastronomía y bebidas del sudeste asiático.
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