
Me pregunto: ¿Tenemos la mejor gastronomía del mundo? ¿Sí o no? A mí me surgen muchas dudas de que ostentemos el trono culinario internacional. Vayamos por partes. Los barómetros dicen que España está a la cabeza del ranking en el arte culinario. Tenemos al mejor cocinero, Ferran Adrià. Somos los precursores de las nuevas técnicas aplicadas a la restauración. Dígase liofilización, nanotecnología; cocina molecular…y mucho más. Enseñamos a cocinar con estas excentricidades a medio mundo. Exportamos ideas y métodos; vendemos ilusión, y quién sabe si humo. También, creamos ilusiones entre los jóvenes que sueñan con llegar a ser un crack de la cocina.
España está de moda. Es punto de referencia en el mundo. Un objetivo cumplido que ni el más iluso de los mortales podía pensar tan sólo hace 20 años. Ahora bien ¿Somos el número uno mundial para todos? Creo, sinceramente, que no. Por lo menos para el sector de la sociedad francesa. De lo contrario como se entiende que en el último concurso internacional Paul Bocuse hayamos conseguido el veinte lugar entre 24 países participantes. Difícil de entender y de justificar al mismo tiempo ¿Tenemos la mejor gastronomía del mundo? ¿O no?
Edición tras edición, siempre ostentamos el deshonor de los últimos puestos del Paul Bocuse. Vuelvo a preguntarme, ¿no sería más rentable, sabiendo como sabemos que tenemos asociada la cola de la lista de los países participantes, el renunciar al evento a partir de ahora?
Tomada esta medida, quizás no tendríamos que pasar por la humillación que representa para nuestros representantes el que otros concursantes anónimos en la temática nos pasen la mano por la cara.
Será cuestión de pensárselo.
Credito
Por: Enric Ribera Gabandé