La primacía del vino español en Cuba es más que un hecho, pues para los cubanos degustar una copa de albariño, verdejo, tempranillo, mencía o garnacha tinta es perpetuar una herencia cultural y un placer imperecedero.
El siglo XX está cargado de datos, fechas y eventos que consolidan aún más la posición cimera del vino español en el comercio cubano.