La cocina iberoamericana lleva el alma de África en sus platos: sabores, técnicas y resistencia convertidos en identidad culinaria viva.
Cada 2 de febrero, México celebra el Día de la Candelaria, una festividad que combina tradiciones y gastronomía, especialmente a través de los tamales. La celebración tiene orígenes prehispánicos y coloniales, conmemorando la presentación del niño Jesús en el templo y simbolizando la fertilidad en culturas indígenas. Durante este día, los devotos de la Virgen de la Candelaria y quienes encontraron al "niño Dios" en la Rosca de Reyes se reúnen para preparar y disfrutar de tamales, un alimento versátil hecho de masa de maíz y relleno de diversas opciones como carnes, chiles y frutas. Cada región de México aporta su propia variante, creando una experiencia culinaria única. Además, es habitual acompañar los tamales con atole o chocolate caliente, intensificando los sabores y reflejando la riqueza de la cultura mexicana. Esta tradición resalta la unión familiar y el legado culinario transmitido a través de las generaciones
Analogías entre las naciones bañadas por el mar Caribe pueden hallarse en elaboraciones como el cubanísimo ajiaco, el congrí, el consumo del plátano en su más disímiles variantes y el maíz, patriarca de la gastronomía caribeña.