Reflexión sobre la falsa libertad de los buffets y el coste oculto del desperdicio alimentario. Comer sin conciencia no es un derecho: es el mayor pecado moderno de la gula.
En la gastronomía actual, la eficiencia ha separado los oficios. Este texto reivindica el valor de ensuciarse las manos y de entender todo lo que sostiene un plato (o un restaurante)
El protocolo no pertenece a los palacios. Es respeto, empatía y educación en la mesa, un lenguaje que se adapta a las personas y se practica en casa, no solo en las cenas de gala.
La comunicación es todo. Desde la decisión del nombre del establecimiento hasta la carta. del agua a los vinos, pasando por la mantelería y la materia prima, que es vertebral en toda la historia.












