
Supervivientes All Stars 2025, el concurso más extremo de la televisión española ha concluido su cuenta regresiva. Desde este 4 de septiembre en Cayos Cochinos en Honduras se sirve de nuevo la polémica entre supervivencia, convivencia, esfuerzo físico, y por supuesto, alimentación. En esta ocasión, se trata de una entrega especial donde 14 exconcursantes de otras ediciones repiten la experiencia.
Así, vuelven a Telecinco rostros conocidos como Jorge Javier Vázquez, Sandra Barneda y Laura Madrueño y otros más mediáticas aún como la hija de Rocío Jurado y Ortega Cano, Gloria Camila, Adara Moliner de Gran Hermano, el periodista y reportero, muy vinculado a Sálvame Kike Calleja e incluso dos cocineros, exparticipantes de Masterchef en las ediciones 5 y 7 respectivamente: Miri Pérez-Cabrero y Carlos Alba.
Lee también: ¿Cuándo se estrena MasterChef Celebrity 10?
Y es que, al parecer, el reality más visto del formato también motiva a los profesionales de la industria gastronómica, a pesar de las contradicciones que puede derivar una dieta mínima y desequilibrada como la que se mantiene en el programa. Aunque basta verlo, te contamos por qué.
¿Qué comen realmente los concursantes?
La alimentación de los supervivientes es tan dura como la convivencia. La organización reparte a diario unos 30 gramos de arroz integral y 20 de lentejas por persona, mientras que los menos afortunados, quienes pierden deben conformarse con 40 gramos de arroz, sin legumbres y menos latas de conserva. Lo curioso es que estas latas no llevan etiqueta y, aunque siempre contienen proteína, se convierten en motivo de discusión por su sabor y cantidad.
Como complemento, la gastronomía hondureña suele regalar pequeñas bondades naturales como la pesca artesanal o la recogida de crustáceos como el cangrejo azul, mientras que en las frutas triunfa los cocos, que aportan agua y grasa vegetal.
Al escaso menú, hay que añadir las restricciones tecnológicas para la elaboración de alimentos. Hablamos literalmente de comida de supervivencia, sin vitrocerámicas , ni hornos, ni microondas. Cocinar depende entonces de la manera más primitiva: el fuego hecho por las propias manos, mientras otros cubren del viento a orillas del mar.
Aquí la comida se torna premio, casi un objeto de lujo, a la que solo se accede como privilegio tras ganar pruebas. Es entonces cuando se abre la despensa más variada, que puede ir desde fast food hasta bandejas de ibéricos o tartas de chocolate. Son banquetes fugaces, que, además de alimentar, tensan la convivencia.
Pero, ¿y la salud?
Obviamente, semejante dieta no puede traer muchos beneficios al organismo, sino todo lo contrario. Se trata de una alimentación restrictiva, en principio y a pocos días, con un efecto visible en la apariencia, marcada por una pérdida de peso drástica, descenso de masa muscular. El “antes y después” frente al espejo es tan solo la cara del desequilibrio interno.
Dentro suceden cosas mucho más preocupantes. Por ejemplo, la restricción calórica deja secuelas reales. Según varios nutricionistas, ello genera un déficit sostenido que genera desnutrición, así como una carencia grande de vitaminas y minerales, y alteraciones hormonales. Todo ello conduce a la disminución del gasto calórico basal y, en el caso de las mujeres, incluso la amenorrea.
A nivel mental, el hambre constante provoca irritabilidad, ansiedad y fatiga. Tal relación con la comida puede desencadenar, asimismo, un fuerte efecto rebote, con aumento de peso y episodios de ansiedad alimentaria.
Te puede interesar: ¿Qué tan buena es la dieta OMAD que defiende el vocalista de Coldplay?
Chefs supervivientes y la reinvención de la cocina
Para Carlos Alba o Miri Pérez-Cabrero improvisar con lo poco disponible casi podría valerles para la estrella Michelin si se habla de gastronomía de supervivencia. Aunque no son los únicos, en la edición estándar más reciente del concurso, la presencia del chef vasco Koldo Royo, el llamado como el “cocinero de TikTok”, sumó nuevas representaciones a la relación entre alta cocina y aventuras. En ambos casos su participación ha intentado ayudar a gestionar los recursos, aunque con tan poco se trata casi de una misión imposible.
¿Cómo recuperarse tras Supervivientes?
Los especialistas recomiendan que, al regresar, los concursantes pasen por revisiones médicas y nutricionales completas. En este sentido,es clave la realización de analíticas para detectar déficits vitamínicos y hormonales, además de un seguimiento continuo para restablecer la composición corporal y la salud psicológica.
A estas alturas, solo una pregunta se impone: ¿realmente lo vale?