Ser joven hoy es vivir con el corazón dividido: entre la urgencia de cambiar el mundo y el agotamiento de sobrevivir a él.
Se habla mucho de la “generación de cristal”, a veces con condescendencia, como si ser sensible fuera sinónimo de debilidad. Pero lo cierto es que esta generación siente, se implica, se informa y, sobre todo, elige. Cada gesto, cada compra, cada envase cuenta.
Y en esa decisión cotidiana, aparentemente simple, está ocurriendo algo importante: los jóvenes se están enamorando del vidrio. Sí, del vidrio. De su transparencia, su fuerza, su compromiso. Del tipo de packaging que no solo conserva el producto, sino que comunica una forma de estar en el mundo.
¿Por qué el vidrio está conquistando al consumidor joven?
No es una moda. Es un match. Un flechazo entre valores y materia.
Según el estudio realizado por ANFEVI (Asociación Nacional de Fabricantes de Envases de Vidrio), el 96% de los jóvenes cree que puede influir en un futuro más sostenible, y el 95% recicla sus envases habitualmente. Pero hay más: 7 de cada 10 eligen vidrio como su packaging favorito, tanto en supermercados como en bares y restaurantes.
¿Por qué? Porque el vidrio no miente. No esconde plásticos ocultos, no deja residuos en el cuerpo, no juega con dobles capas ni marketing vacío. Es lo que ves. Y lo que ves es limpieza, durabilidad, compromiso. Una estética que transmite calidad, una ética que no compromete al planeta.
Plástico y cartón se han convertido en ex del consumo joven. Estuvieron ahí, cumplieron su ciclo… y hoy ya no dan buenas vibes.
El plástico es visto como un símbolo de lo desechable, de lo barato, de lo que contamina sin remedio. El cartón tiene mejor imagen, pero muchas veces viene plastificado o no resiste lo suficiente. El aluminio, por su parte, necesita procesos extractivos agresivos.
El vidrio, en cambio, les representa: reciclable infinitamente, sin perder calidad. Honesto. Elegante. Funcional. El packaging con el que darías match en cualquier app: fuerte, sincero, sin dramas.
Y no se trata solo de estética. Se trata de coherencia.
De etiquetas a elecciones conscientes: el packaging con propósito
Muchos crecieron oyendo que eran de cristal. Que no aguantaban nada. Que se rompían con cualquier cosa.
Pero ANFEVI propone otra forma de entender esa metáfora: la generación de vidrio. La que no se esconde. La que, como el vidrio, es firme y transparente. Que no teme ser sensible, pero que actúa con determinación.
El documental La Generación de Vidrio recoge esa transformación: una juventud que cuida su salud mental, que se implica en causas sociales, que pone límites, que exige coherencia.
Una generación que no se deja engañar por el envoltorio, sino que mira lo que hay dentro. Y que espera que el packaging también esté a la altura.
El 70% de los jóvenes estaría dispuesto a pagar más por un packaging sostenible. Y un 24% más lo haría si pudiera permitírselo económicamente. ¿Qué nos dice esto? Que el precio ha dejado de ser el único criterio.
Que el consumo ya no es solo funcional, sino emocional. Que el envase importa tanto como el contenido.
En 2024, la industria del vidrio en España superó el millón de toneladas de vidrio reciclado incorporadas a nuevos envases. La tasa de reciclaje fue del 71,1 %, por encima del objetivo de la Unión Europea. Más de 8.000 millones de envases 100% reciclables salieron al mercado. Y con ellos, una nueva forma de entender la economía circular, basada en el ecodiseño, las energías limpias y la descarbonización.
El vidrio enamora porque cumple con todo lo que esta generación valora: estética, salud, sostenibilidad, durabilidad. Es la cita perfecta: no te defrauda, no contamina y, si lo tratas bien, te acompaña toda la vida.
Por eso, ni plástico ni cartón. Porque cuando el packaging enamora, se queda.Y en el corazón (y el carrito) de la nueva generación, el vidrio ha llegado para quedarse.
