El 9 de noviembre es la última fecha del calendario que celebra a Madrid. Esta vez bajo el signo de su patrona la Virgen de la Almudena. Y en medio de la devoción y el colorido castizo, saca la gastronomía su carta más fiel a la inmaculada: la corona de la Almudena, un postre que llena las vitrinas de sus pastelerías como un símbolo de unión entre fe y cocina.
Su origen, sin embargo, no es tan antiguo como se cree. Data de finales del siglo XX a iniciativa del Gremio de Pasteleros de Madrid para rendir homenaje a la Virgen, patrona tanto de la ciudad como de los propios pasteleros. Así, inspirados en la corona que luce la imagen en la Catedral, concibieron esta creación.
¿Qué lleva la corona de la Almudena?
Su base es una masa de brioche, rellena de crema pastelera y bañada en almíbar de naranja. Aunque, con el paso de los años, hay versiones lo mismo rellena de nata, que con trufa, crema de mantequilla o cabello de ángel, siempre decorada con frutas escarchadas, azúcar glas o figuritas de la Virgen.
Algunos le dirían que es prima hermana del roscón de Reyes y no le faltan motivos. Tiene la misma forma circular e ingredientes similares. No obstante, se distingue del dulce navideño por ser más pequeña y no llevar licor ni agua de azahar ni sorpresa en su interior. Ello le confiere mayor suavidad y una textura más esponjosa.
¿Dónde probar la corona de la Almudena en Madrid?
Son tantísimas las pastelerías de la capital que cada año la preparan y reinventan la receta. Algunas de ellas son:
- El Obrador de Goya
- Pastelería Mallorca
- Viena Capellanes
- La Mallorquina
- El Riojano
- Manacor
- Formentor
- El Horno de San Onofre / La Santiaguesa
- Turris, la cual regala el postre a todas las personas llamadas Almudena que la visiten.
Más allá del espíritu religioso que encarga, la Corona de la Almudena es un homenaje a la historia de Madrid y a su repostería, comprometida siempre en darle sabor a su identidad.
