En el corazón de Bari, la capital de la región de Puglia, en el sur de Italia, existe una calle que parece suspendida en el tiempo. Allí, cada día, las nonnas, abuelas italianas con manos sabias y delantal impoluto, salen a la puerta de sus casas para preparar pasta fresca artesanal, justo frente a los ojos de locales y turistas.
La escena es tan auténtica como encantadora: mesas de madera, harina volando con el viento del Adriático y manos que han repetido el mismo gesto durante generaciones. Todo ello en un rincón conocido como la Via Arco Basso, también llamada popularmente “la calle de las orecchiette”.
Orecchiette: la pasta que parece una orejita
La protagonista de esta tradición es la orecchietta (plural: orecchiette), una pasta cuyo nombre significa literalmente “orejita” en italiano. Su forma cóncava es perfecta para capturar salsas densas, como el clásico ragù pugliese, o para acompañarse de cime di rapa (grelos) y aceite de oliva virgen extra.
Además de la versión tradicional, en esta calle puedes encontrar orecchiette de colores, teñidas naturalmente con ingredientes como espinaca, tinta de calamar, cúrcuma o remolacha.
Muchos visitantes graban a las nonnas haciendo pasta en tiempo real, una experiencia visual tan deliciosa como la pasta que venden.
Un producto con alma y sin etiquetas
Lo que aquí se vende no lleva etiquetas ni empaques industriales. Las nonnas ofrecen su pasta en bolsas sencillas, recién elaborada, a precios accesibles. Algunos viajeros la compran como souvenir gastronómico; otros, como una cena lista para preparar en casa o en su alojamiento.
Este acto de cocinar y vender en la calle no es un espectáculo montado para el turismo. Es un gesto cotidiano que conecta la gastronomía con la identidad, el amor familiar y la supervivencia económica de muchas mujeres mayores en la región.
Gastronomía como patrimonio vivo
La tradición de las nonnas de Bari ha sido destacada por medios internacionales y es parte del esfuerzo de muchas regiones italianas por preservar las técnicas artesanales frente a la industrialización alimentaria.
Comprar orecchiette en la calle es más que un acto culinario: es una forma de apoyar la economía local, descubrir un sabor auténtico y honrar la memoria de generaciones enteras que han vivido para alimentar a su familia con cariño y precisión.
Un rincón que enamora a quien ama la cocina real
Si eres amante de la cocina italiana auténtica, visitar esta calle en Bari, Via Arco Basso, en el casco antiguo de Bari, muy cerca de la Basílica de San Nicolás, es una experiencia imprescindible. El mejor horario para visitarlas es por la mañana y primeras horas de la tarde. El precio varía, pero suele rondar los 3–5 € por una ración generosa.
Allí, la pasta no es solo comida: es tradición viva, es manos arrugadas que todavía enseñan, es la memoria comestible de una región orgullosa de su sabor.
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