De Francia a California, pasando por Italia y Argentina, el vino se convierte en la mejor excusa para descubrir lugares únicos. Caminatas entre viñedos, trenes históricos, hoteles con spa vinoterapéutico y recorridos gastronómicos donde cada copa cuenta una historia.
Estas experiencias elevan la cata a un viaje sensorial que une territorio, cultura y placer.
Gran Hotel Imperiale: sabores de Bolgheri
En la provincia italiana de Livorno, el Grand Hotel Imperiale diseña experiencias toscanas a medida. A pocos minutos del Mediterráneo, propone recorridos privados por almazaras, destilerías boutique y bodegas de Bolgheri, cuna de algunos de los Supertoscanos más célebres. El cierre, un picnic entre viñedos, confirma que aquí el vino se vive con todos los sentidos.
Tren del Vino del Valle de Napa: Vista Dome Experience
Desde 1989, el Napa Valley Wine Train recorre 58 kilómetros entre viñedos históricos a bordo de vagones Pullman restaurados de 1915. La experiencia Vista Dome, con cúpula de cristal, ofrece vistas panorámicas mientras el chef ejecutivo Rodrigo Cuadra sirve menús de tres pasos maridados con grandes etiquetas como Opus One o Far Niente. Tradición ferroviaria, alta cocina y sostenibilidad sobre rieles.
Royal Champagne Hotel & Spa: dormir entre viñedos Patrimonio UNESCO
En lo alto de una colina de Champaña, el Royal Champagne transforma la estancia en una inmersión total. Visitas privadas a maisons históricas, talleres para crear cuvées propias, helicópteros sobre suelos calcáreos y un restaurante con dos estrellas Michelin convierten el viaje en una celebración del champán como cultura viva.
LOISIUM Langenlois Wine & Spa Hotel: tradición y diseño en Austria
En Kamptal, cuna del Grüner Veltliner, el LOISIUM conecta bodegas subterráneas de 900 años con arquitectura contemporánea firmada por Steven Holl. Catas a la luz de las velas, paseos en bicicleta y tratamientos de vinoterapia completan una experiencia donde el terroir se expresa sin artificios.
Valle de Guadalupe: El Cielo Resort
El corazón vinícola de México combina desierto, bruma oceánica y una gastronomía vibrante. El Cielo Resort ofrece paseos a caballo, catas al atardecer y cenas firmadas por chefs que han situado a Baja California en el mapa gastronómico latinoamericano. Aquí, el vino dialoga con el paisaje fronterizo.
Post Ranch Inn: fines de semana culinarios en Big Sur
Suspendido sobre los acantilados de Big Sur, Post Ranch Inn (tres llaves Michelin) celebra encuentros íntimos donde vinos de Raj Parr se maridan con la cocina estacional de Sierra Mar. Caminatas entre secuoyas, jacuzzis sobre el Pacífico y gastronomía consciente definen la experiencia.
European Waterways: crucero vinícola por Venecia
La barcaza La Bella Vita navega por la Laguna de Venecia y el Véneto combinando viñedos, villas históricas y cocina regional. Capuchinos al amanecer, bicicletas entre vides y cenas privadas a bordo convierten el viaje fluvial en una oda al slow travel.
Valle de Temecula: eventos para descubrir el vino californiano
Catas de barricas, fiestas de la vendimia, globos aerostáticos y bodegas iluminadas en invierno hacen de Temecula Valley una puerta de entrada ideal al enoturismo estadounidense, a solo 96 km de San Diego.
Costières de Nîmes: Les Vignes Toquées
Uno de los eventos enoturísticos más singulares de Francia propone caminar ocho kilómetros entre viñedos romanos con estaciones gourmet firmadas por chefs Michelin. Una experiencia donde vino, paisaje y cocina se disfrutan a paso lento.
Argentina: Mendoza, Salta y el Atlántico bonaerense
- Durigutti Family Winemakers (Mendoza): caminatas entre viñedos centenarios y cocina de finca en uno de los mejores destinos enoturísticos del mundo.
- Bodega Colomé (Salta): vinos de altura extrema, arte contemporáneo y hospitalidad íntima en los Valles Calchaquíes.
- Trapiche Costa & Pampa (Buenos Aires): viticultura oceánica a seis kilómetros del Atlántico, con Albariño, Pinot Noir y espumosos de perfil marítimo.
En todos estos destinos, el vino deja de ser solo una bebida para convertirse en una llave de acceso al territorio.
Caminar, viajar, sentarse a la mesa y escuchar la historia que cada copa tiene para contar. Porque, al final, el mejor viaje siempre empieza con una copa en la mano.