
¿Existe una hostelería sin fogones? Casi se podría decir que sí. No es ni una regla ni una dinámica estándar, aunque sí una tendencia en alza la apuesta por la comida de quinta gama, lo mismo en casa que en restaurantes.
Hablar de ello implica partir de la premisa de que los alimentos que consumimos a diario no solo se diferencian por su sabor o aspecto, sino también por el grado de preparación que han recibido antes de llegar al plato. Así, aparece en el esquema de la industria alimentaria la clasificación de las cinco gamas, siendo la quinta, la más avanzada en términos de desarrollo tecnológico y practicidad.
Pero, ¿qué es exactamente la comida de quinta gama y por qué está revolucionando los hábitos de consumo?
¿Qué es la comida de quinta gama?
Los productos de quinta gama son platos previamente cocinados, con técnicas culinarias tradicionales, y listos para consumir, gracias a someterse a procesos tecnológicos de conservación de última generación.
Pero no son alimentos precocinados convencionales, puesto que por lo general no llevan aditivos ni conservantes, precisamente porque su lógica de conservación emplea tratamientos térmicos como la pasteurización, el envasado en atmósfera modificada, y, la ultracongelación para mantener tanto el sabor, como las propiedades nutricionales.
Así hallamos desde carnes cocidas a baja temperatura o salsas caseras hasta guisos listos para calentar y servir. De hecho, en España más del 95% de los consumidores han admitido incluir productos de quinta gama en sus cestas de la compra.
¿Son saludables los alimentos de quinta gama?
Cuando se elaboran sin aditivos y con ingredientes de calidad, suelen ser alimentos nutritivos y saludables, casi como si se tratase de un plato en casa recién salido del fogón. Además de la cocción controlada y la ausencia de conservantes, es determinante, en este sentido, el mantenimiento de la cadena de frío que permite conservar los valores nutricionales. Pero, la parte negativa del asunto es que no todos son iguales, algunos pueden contener aditivos, por lo que leer las etiquetas sigue siendo fundamental.
Las cinco gamas alimentarias:
- Primera gama: alimentos frescos sin tratamiento (frutas, carnes, pescados).
- Segunda gama: conservas y semiconservas.
- Tercera gama: alimentos congelados.
- Cuarta gama: productos frescos, limpios y envasados al vacío (como las ensaladas listas para consumir).
- Quinta gama: platos preparados listos para calentar y servir.
Diferencias entre cuarta y quinta gama
Ambas pueden sonar muy parecidas, pero en realidad, hay diferencias sustanciales. Mientras la cuarta gama se limita a alimentos crudos mínimamente procesados (como una fruta pelada y envasada), la quinta gama va más allá, ya que implica una elaboración culinaria completa, que puede abarcar desde una crema de verduras hasta un cochinillo confitado.
La quinta gama en hostelería
Los alimentos de quinta gama se han vuelto una solución eficiente y rentable en cafeterías, restaurantes y caterings. La agilidad que ofrece e incluso la variedad, sin necesidad de grandes cocinas ni plantillas está haciendo que sea muy socorrida.
Pero, más allá de eso, se benefician de la alternativa muchos establecimientos, cuyas cocinas centrales se sitúan en naves industriales. En estos casos, los equipos técnicos de alimentos desarrollan recetas que luego se distribuyen y hasta se exportan.
Lejos de ser una opción limitada o genérica, la quinta gama también ha dado el salto a lo gourmet. Lo mismo fondos de carne elaborados a fuego lento que arroces, flamenquines, carrilladas, risottos, pisto de verduras, salmón, calamares o espinacas con garbanzos.
Casi cualquier tipo de plato puede someterse a estos procesos. Se trata de obtener rapidez, sin renunciar a la calidad de comer bien.
Existe una tendencia a platos como croquetas, empanados, ensaladas, tortillas de patatas, salsas, carnes para rellenos y verduras.
Ventajas de la quinta gama
- Rapidez y facilidad de uso.
- Seguridad alimentaria y trazabilidad.
- Ahorro de costes en personal, espacio y materia prima.
- Reducción del desperdicio alimentario.
- Mayor variedad.
No obstante, el campo no está exento de retos. Persiste una percepción negativa de parte del público que, la confunde con comida precocinada industrial y, en algunos casos con razón, sufre la banalización de la oferta gastronómica ante casos de baja calidad.
La quinta gama, como muchas elaboraciones cocinadas al momento, no es sinónimo de garantía de calidad. Todo dependerá de la rigurosidad con la que se haya tratado el producto, eso sí, si ha sido bueno (y rápido), entonces lo será doblemente.
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