
Por primera vez llegará al mercado una kombucha hecha de subproductos vitivinícolas. El producto ha visto la luz en el Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS-CSIC), en Murcia y publicado recientemente en la revista científica Foods. La elaboración resulta una bebida fermentada que sustituye la tradicional infusión de té negro o verde por una base de lías y hollejos de vino, estabilizados en polvo.
Por tanto, conserva las propiedades probióticas de la kombucha y a su vez suma el poder antioxidante y antiinflamatorio de los compuestos del vino.
Al respecto los creadores han explicado que la bebida mantiene la actividad del SCOBY —la colonia simbiótica de bacterias y levaduras responsable de la fermentación—, al tiempo que incorpora una alta concentración de polifenoles y antocianinas, compuestos naturales conocidos por sus efectos cardioprotectores, hepatoprotectores y antioxidantes.
Un doble beneficio: salud y sostenibilidad
Pero más allá de sus propiedades funcionales, el proyecto presenta un importante valor medioambiental. Por cada tonelada de uva procesada se genera un 30% de residuos como hollejos y lías, difíciles de gestionar debido a su alto contenido en materia orgánica. Solo en la Región de Murcia, con una producción anual superior a las 96 mil toneladas de vino, el volumen de subproductos es considerable.
“Durante la vendimia, estos residuos se acumulan en grandes cantidades y tienden a descomponerse con rapidez debido al calor. Esto supone un problema económico y ambiental para las bodegas”, explica la científica Cristina García-Viguera, al frente de la investigación.
Así, el equipo del CEBAS demuestra que es posible transformar un desecho en un alimento seguro, saludable y sostenible. El resultado no solo contribuye a reducir la huella ecológica del sector vinícola, sino que además se perfila como una opción atractiva dentro del creciente mercado de bebidas saludables.
Potencial terapéutico y mercado en expansión
Entre los beneficios principales de la kombucha de vino destacan mejoras al sistema cardiovascular, hepático e inmune, además de posibles propiedades analgésicas y antitumorales.
El auge de la kombucha como bebida saludable en el mundo ociidental ha sido notable en los últimos años, gracias a su frescura, versatilidad y efectos probióticos. De ahí que la nueva formulación, abre un camino hacia productos aún más funcionales y comprometidos con la economía circular.