Supersticiones del vino: conoce su lado místico

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Maria Carrasco Lloria
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Supersticiones alrededor del vino

Cuando alguien alza una copa en una mesa donde hay vino, parece existir un imperativo que va más allá de lo moral para seguirle el brindis. Este chin-chin entre dos copas no es tan inocente, sino que lleva a la multitud a una enajenación mental que obliga a brindar por un mandato casi supraterrenal huyendo de la mala suerte. Las leyendas que rodean al vino parecen interminables y aunque uno no sea supersticioso, a veces cuesta no creerlas. Hay para quienes las normas del vino van mucho más allá de la forma de maridarlo, para escapar a toda costa de los juegos del azar. En este intento por que ni el más mínimo acto se escape del control humano, las supersticiones alrededor del vino se han integrado como cuestiones culturales.

Los rituales del vino recogen una mística que rige todos los estados de una de las bebidas favoritas a nivel mundial. Desde que se cosecha hasta que se bebe, las tradiciones mandan seguir unas pautas que a uno más le vale no romper.

Brindar con agua 

El drama está servido cuando alguien en la mesa en la que estamos celebrando no bebe vino. Para unos, mejor agua que una copa vacía; para otros, incluso la cerveza y el refresco son sacrilegios. Desde la antigua Grecia se dice que brindar con agua es asegurarse la mala suerte para la eternidad, ya que los griegos asociaban este acto con Hades, el dios del inframundo.

Mirar a los ojos mientras se brinda

Hasta que la copa no tape tus ojos y tengas que concentrarte en tu boca para no derramarte todo el vino por encima, más vale que tu mirada esté bien fija en la persona con quien acabas de brindar.

Se dice que ya el hecho de brindar advertía de que el líquido no estaba envenenado. Otra teoría es que la mirada fija implica un juego de fuerzas con el oponente, mientras hay quienes aseguran que si no se mira a los ojos al brindar... siete años de mal sexo. A quien le incomode aguantar la mirada, que se arriesgue.

Servir el vino con la mano izquierda 

Para los más puritanos, entra en juego incluso agarrar la copa con la mano izquierda para beber. Los mitos han perseguido a las personas zurdas históricamente. Ya en la Edad Media se consagró que realizar cualquier actividad con la mano izquierda era falta de respeto, indicaba traición y era muestra de veneración al diablo. Hasta la Inquisición llegaba si a alguien se le ocurría servir el vino con la mano izquierda. Yo no me la jugaría.

Derramar vino sobre la mesa

El protocolo es extremo cuando de vino se habla, así que no solo vale con ser cuidadoso. Al igual que con la sal, que si cae uno debe lanzar lo caído por encima de los hombros, cuando hablamos de que el vino cae sobre la mesa, uno debe santiguarse, para evitar que espíritus malignos le alcancen. Algunos dicen que lo que se debe hacer en tal caso es dibujar la cruz sobre la frente con el vino derramado.

Aun así, en otro momento de la vida, derramar el vino, fue símbolo de buena suerte y hacer exactamente lo mismo implicaba asegurarse el buen augurio. El ejemplo perfecto de que los tiempos cambian y la cultura no es estática.

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Maria Carrasco Lloria