
No hay mayor certeza para Federico Hernández que el paladar debe educarse. Así, como mismo puede elegirse y reconocer un buen vino, cree en las potencialidades del ron para saberse distinguir en su estado más puro. Al margen de cócteles y mezclas, apuesta por que cada destilado de caña de azúcar se valore por sí solo.
Tras la apertura de su primer bar de ron en Puerto Rico, Hernández ha hecho su filosofía, la base de una plataforma educativa global: The Rum Lab. Hoy dirige festivales en toda América y Europa, promueve el conocimiento sobre el ron y sueña con formar nuevos consumidores, más curiosos, más informados. Su apuesta: educación antes que espectáculo, comunidad antes que mercado.
¿Cómo nace The Rum Lab?
The Rum Lab nace en 2007, cuando abrí el primer rum bar en Puerto Rico, que se llamaba Caña. Era un restaurante de comida puertorriqueña, y noté que no había un festival de ron en la isla, siendo nosotros uno de los mayores productores. Así surgió Taste of Rum, que acaba de cumplir 15 años, y luego mi hermano y yo empezamos a hacer catas dentro del restaurante: enseñábamos a beber ron y al final la gente terminaba comprando.
¿Cómo pasaste de Puerto Rico a organizar festivales internacionales?
Me mudé a Estados Unidos y empecé con el festival de ron de Chicago. Después vinieron los de Nueva York, San Francisco, Miami, Los Ángeles, Texas y siempre el de Puerto Rico. En total organizamos todos esos y ahora también el de España,Spain Rum & Gin Expo, celebrado recientemente, en Madrid.
¿Cuál es el objetivo principal de Spain Rum & Gin Expo?
Educación. Lo nuestro es rum education. Creemos que si el consumidor conoce mejor el producto, la categoría crecerá. En España se beben casi 4 millones de cajas de ron, pero en su mayoría mezclado con Coca-Cola. Está bien, pero hay mucho más por descubrir: estilos, precios, calidades… Solo necesitan probarlo. Nuestro foco es el consumidor. Queremos formar al que compra, al que va al bar, al que se interesa por aprender. Los profesionales también están, pero en Estados Unidos y aquí trabajamos sobre todo con el público final.
¿Cómo ves la relación de España con el ron?
España tiene preferencia por los rones dominicanos y cubanos. Pero hay muchas más regiones productoras. Donde hay caña, hay ron. Tenemos mucho por enseñar, por eso apostamos por eventos como DaiquiriMANIA, que combinan historia, experiencia y sabor.
¿Qué papel juega la educación en la industria del ron?
Es la clave. Si el consumidor entiende lo que está bebiendo, si conoce las diferencias entre un ron inglés, francés o español, si sabe distinguir la melaza del jugo de caña, entonces se convierte en un aficionado real. Y eso cambia todo.
¿Qué otros proyectos tiene The Rum Lab?
Tenemos una división muy bonita llamada Women Leading Rum, liderada por Larissa Arjona y Joselina Rodríguez. También colaboramos con el festival de ron de Panamá y apoyamos a muchos otros eventos en el mundo. Al final, somos una plataforma educativa, no solo organizamos ferias: compartimos entrevistas, vídeos, infografías, todo lo que ayude a difundir la cultura del ron.
¿Crees que el ron será cada vez más apreciado como el vino o el whisky?
Sí, pero falta cultura. Hay quien dice que no le gusta el ron, pero es porque solo ha probado uno o dos estilos. Es como decir que no te gusta el vino blanco porque solo has tomado verdejo. Hay que explorar.