Los congresos gastronómicos y turísticos del siglo XXI

Los congresos gastronómicos y turísticos del siglo XXI
Los congresos gastronómicos y turísticos evolucionan hacia plataformas globales de negocio, innovación y sostenibilidad. Conectan empresas, profesionales y público, impulsan el B2B y B2C, promueven la cultura alimentaria y buscan generar impacto permanente más allá de la simple exhibición.
Congresos gastronómicos
Congresos gastronómicos
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Luis Ernesto Martínez Velandia
Jueves, Octubre 9, 2025 - 16:05

Los congresos gastronómicos y turísticos han dejado de ser encuentros básicos para exhibir productos o presentar conferencias. En los países con mayores desarrollos, estos espacios se plantean como plataformas de negocio en donde la cultura y la sostenibilidad tienen gran protagonismo, con una mirada hacia el futuro y la innovación.

El siglo XXI exige retos diversos, entre los cuales se encuentra diseñar congresos que produzcan resultados con mayor eficiencia en el tiempo, en contraste con las presentaciones que solo generan interés temporal sin llegar a convertirse en espacios de conexión y construcción de conocimiento permanente.

Dentro de los aspectos a priorizar debe estar la conexión exitosa entre productores, distribuidores, importadores, hoteles, restaurantes, cadenas de valor y el reconocimiento económico justo para el factor humano involucrado en el proceso.

En Anuga (Alemania), la fortaleza se centra en el componente B2B (“Business to business” o “negocio a negocio”), un modelo comercial en el que una empresa vende productos o servicios a otra empresa. Para tal fin, se organizan previamente ruedas de negocios.

Adicionalmente, los congresos deben abrir espacios inmersivos en temas gastronómicos y turísticos para el público asistente.

En Madrid Fusión se promueve la interacción entre diferentes actividades como experiencias gastronómicas, talleres, catas y conferencias, dirigidas tanto a público aficionado como a profesionales.

Es claro que un componente fundamental es la innovación: foodtech, digitalización, sostenibilidad y nuevas alternativas de consumo. En Sirha Lyon (Francia), existe un Startup Village (“zona de emprendedores”) que articula los nuevos formatos de negocio con inversionistas, chefs, cadenas hoteleras y el comercio del sector en general.

El enfoque de los congresos debe medirse en términos de sostenibilidad por su impacto ambiental y responsabilidad social, no únicamente por la asistencia y las ventas. En Italia, el movimiento Slow Food ha sido fundamental para visibilizar a los pequeños campesinos, resguardar la biodiversidad e implementar protocolos de bajo impacto ambiental.

En el campo de la formación, los congresos deben ser espacios de visibilización de la gastronomía como identidad, en los que se comuniquen, a través de relatos, las historias que han sido parte fundamental de la cultura alimentaria de diversas comunidades. En San Sebastián Gastronómika (España), la alta cocina dialoga con la tradición en medio de clases magistrales, talleres específicos y múltiples ponencias que tienen un fuerte arraigo en las narrativas culturales.

Bajo esta perspectiva, el modelo de los congresos gastronómicos y turísticos del siglo XXI se construye sobre cinco pilares: negocios globales estructurados (B2B, “negocio a negocio”); experiencias inmersivas para el público (B2C, “negocio a consumidor”); innovación como motor transversal; sostenibilidad y responsabilidad social; y construcción adecuada de narrativas culturales como herramientas de difusión en los procesos de formación académica y comercial.

La transición conlleva a construir estructuras de congresos alejadas de la temporalidad, que se conviertan en plataformas de conexión permanente para la promoción y el desarrollo de espacios de visibilización de la transformación gastronómica y turística, como atractivos tanto para locales como para visitantes internacionales, con la capacidad de establecer alianzas, proyectar tendencias e impulsar un mercado justo y estable.

Los congresos gastronómicos y turísticos son una vitrina de conexión directa con todos los interesados en la producción y el consumo, y deben proyectarse como escenarios en los que se promuevan diversas alternativas para la sociedad, oferta de lugares de interés para visitar, atractivos regionales en cuanto a productos y servicios, y el reconocimiento de los oficios dignificando el factor humano, abriendo nuevos espacios de relacionamiento colectivo y cultural fundamentales para asumir los desafíos del siglo XXI.