Gofre… sus versiones más locas y populares

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Gabriela Sánchez
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gofres

Quienes gusten de los postres crujientes, hoy el gustazo tiene nombre: gofre. Lo mismo en su versión dulce o salada, la receta deviene un clásico universal tanto para desayunos como  para platos de sobremesa. Entre Bélgica y Estados Unidos se disputa el origen de la elaboración moderna de esta mezcla a base de huevo, leche, harina y  azúcar, también conocida como waffle.  

No obstante, no venimos a debatir al respecto, sino que, a propósito del Día Internacional del Gofre, lo homenajeamos con las variantes más curiosas, divertidas y populares que ha encontrado la receta alrededor del mundo. Porque si algo ha demostrado el gofre a lo largo de los siglos, es su infinita capacidad para adaptarse, sorprender y conquistar.

1. Gofre de Lieja (Bélgica)

Cuentan que este es el gofre más antiguo. Su forma es redonda con bordes irregulares, aunque lo más distintivo lo aporta la densidad de su masa y el uso de azúcar perlada, más gruesa que la habitual y que se carameliza durante la cocción. El resultado entonces resulta más dulce y crujiente. De ahí que suele comerse solo, o en ocasiones con vainilla, canela o chocolate.

2. Bubble Waffle (Hong Kong)

No solo el té se ha reinventado con burbujas, sino también los gofres. Aun cuando se inventaron en los años 80, hoy los Bubble Waffles están entre los más populares, sobre todo en Hong Kong, donde nacieron. La clave es hacer pequeños agujeros esféricos donde se pueda colar la masa y así dar forma a las burbujas. Allí la tendencia es hallarlos en puestos callejeros combinados con helado, frutas, galletas, siropes... Todo vale.

3. Stroopwafel (Países Bajos)

La versión de los Países Bajos se distingue por la mezcla de caramelo, mantequilla y canela. La técnica imprescindible es colocarlos sobre una taza caliente de té o café para que el relleno se derrita. 

4. Våfflor (Suecia)

Seas sueco o no, si estás pensando en celebrar el día con una cita romántica, la mejor elección sin dudas son los våfflor, que se caracterizan por usar forma de corazón. Van sin levadura y se sirven con nata montada, mermelada o helado. La tradición se remonta al siglo XVII.

5. Gofre relleno de Lille (Francia)

El gofre real existe y se llama gofre lilés. Resulta que este postre ovalado era el favorito del rey Leopoldo I de Bélgica, aunque es a Francia la nación a la que se le atribuye la receta. En su relleno cuenta con crema de vainilla o cassonade (azúcar de remolacha). 

6. Gofres de maíz de Virginia (EE.UU.)

La variante estadounidense más clásica es a base de harina de maíz y sin gluten, lo cual lo hace la opción ideal para celíacos. Su textura suave combina perfectamente con frutas frescas, compotas o incluso acompañamientos salados.

7. Waffle Dogs (Hawái / Malasaña)

Directamente desde Hawái y ahora muy de moda en Madrid, llegan los waffle dogs, una fusión a medio camino entre gofre y perrito caliente. Los rellenos son muy variados, pueden ser lo mismo dulce —como Oreo, cookies, chocolate o virutas de colores— o salados, con combinaciones como pollo, queso y salsa de curry. 

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Gabriela Sánchez