Acuerdo UE-Mercosur: ¿desafío o solución para la alimentación española?

Acuerdo UE-Mercosur: ¿desafío o solución para la alimentación española?
Mientras la firma se mantiene en pausa, el FIAB publica un informe sobre los pros y contras del acuerdo UE-Mercosur, una valoración que mira a la industria alimentaria española
Acuerdo UE-Mercosur para la industria alimentaria
Acuerdo UE-Mercosur para la industria alimentaria
Redaccion Excelencias Gourmet
Miércoles, Noviembre 19, 2025 - 09:19

Aunque la rúbrica del Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea y Mercosur se mantiene en pausa, la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB)  acaba de publicar un estudio sobre su impacto para la industria alimentaria española que invita a mirar hacia Sudamérica con menos miedo y más ambición. 

El estudio fue elaborado con el apoyo del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España, la Comisión Europea, ICEX y la consultora How2go. Su  presentación reunió a representantes de tales instituciones europeas, así como de la Oficina Comercial en São Paulo, con el espíritu del consenso en que el sector necesita nuevos mercados, sin sacrificar estándares ni poner en riesgo a los productores europeos.

Pros y contras del acuerdo para la industria alimentaria

Lo primero que el informe pone sobre la mesa es un potencial mercado de 273 millones de consumidores, al sumar la población de Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, en un momento en que la geopolítica global empuja a diversificar riesgos y reducir dependencias.

Por tanto, la primera conclusión es positiva: La región deviene un socio natural para Europa, y especialmente para España, cuya cultura alimentaria y empresarial conecta con fluidez a ambos lados del Atlántico.

Sin embargo, el entusiasmo tiene matices. Las cifras de 2024 de comercio exterior suponen el recordatorio incómodo de un desequilibrio latente: España exportó a Mercosur 329 millones de euros, mientras que las importaciones superaron los 2.200 millones. Es decir, una balanza comercial claramente deficitaria. 

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El principal obstáculo hay que buscarlo en aranceles altos y barreras burocráticas, los cuales desincentivan la presencia española en un mercado que, paradójicamente, tiene interés por productos de alto valor añadido.

Aquí es donde el acuerdo UE-Mercosur viene a jugar sus cartas. La eliminación de aranceles para más del 90 % de los productos motiva un cambio estructural en la forma en que las empresas españolas pueden competir. 

No obstante, el reclamo es por las llamadas cláusulas espejo, es decir, garantizar que los productos importados cumplan con las mismas normativas sanitarias, medioambientales y de calidad que las europeas. Sin esas garantías, la competencia sería desigual y el acuerdo, más que una oportunidad, podría convertirse en una amenaza para la industria europea.

Con el acuerdo hecho realidad bajo estos términos, entonces  la industria alimentaria y de bebidas española podría tener ante sí la oportunidad de competir en un espacio ampliado y estratégico.