El “mar verde” de Jaén está formado por 66 millones de olivos repartidos en 97 municipios, un paisaje único en el mundo que define la identidad de una provincia. Entre estos árboles milenarios nace la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Aceite de Jaén, un sello europeo que certifica el origen, la calidad y la autenticidad de uno de los productos más emblemáticos de España.
Concedida en 2020, la IGP se convirtió en la primera distinción de este tipo para un aceite de oliva virgen extra en España. Cinco años después, este sello se ha consolidado como un símbolo de excelencia dentro y fuera del país.
Qué significa este sello europeo
La IGP Aceite de Jaén garantiza que cada botella certificada:
- procede exclusivamente de aceitunas cultivadas y molturadas en la provincia;
- responde a estándares estrictos de calidad y trazabilidad;
- recoge el saber hacer transmitido durante generaciones;
- refleja la identidad sensorial del olivar jiennense.
Bajo este sello conviven más de 16.000 personas: cooperativas, almazaras y familias que comparten una misma misión: elevar el nombre de Jaén y su aceite en todo el mundo.
Jaén: una cultura que late entre olivos
El paisaje jiennense es mucho más que un recurso agrícola: es cultura, identidad y forma de vida. El clima mediterráneo, el relieve ondulado y la tradición oleícola dan como resultado un aceite inconfundible, que se ha convertido en emblema gastronómico internacional.
Hoy, el oleoturismo es una de las vías más vibrantes para descubrir este patrimonio. Las 45 almazaras incluidas en la IGP abren sus puertas para mostrar la magia del proceso, desde la aceituna hasta el AOVE.
“El olivar es el alma de Jaén: un paisaje, una cultura y una forma de entender la vida.”
Aceite de Jaén: esencia, sabor e identidad
El aceite amparado por esta IGP se caracteriza por:
- Color: verde intenso con matices dorados.
- Aroma: frutado con notas de hierba recién cortada, almendra verde y tomatera.
- Sabor: equilibrado, con amargo y picante suaves y elegantes.
La variedad Picual, símbolo de la provincia, representa el 80% de la producción y es reconocida por su estabilidad, alta carga de polifenoles y carácter.
Otras variedades protegidas: Royal de Cazorla, Manzanillo de Jaén, Carrasqueño de Alcaudete, además de coupages con Arbequina, Picudo y Hojiblanca.
Un sello para proteger y difundir una cultura
La IGP Aceite de Jaén no solo certifica un producto: protege un modo de vida. Bajo este sello se coordinan acciones de promoción, actividades culturales, experiencias de oleoturismo y colaboraciones donde la prioridad es acercar el AOVE al consumidor y fortalecer su vínculo con el territorio.
En estos cinco años, la IGP ha impulsado más de 24.000 visitas a almazaras, experiencias sensoriales y rutas del olivar. Un éxito que demuestra el interés creciente por este patrimonio vivo.
“Porque en Jaén el aceite no solo se produce… se honra.”