Gastronomía y fragancias se han vuelto a dar la mano, esta vez a la manera de postre. El triestrellado catalán de Àbac, Jordi Cruz, quien se ha inspirado en el perfume más antiguo del que se tiene registro, la icónica Eau de Cologne, para crear un dulce que pronto formará parte del menú degustación del restaurante en Barcelona, España.
Para esta receta Cruz tomó como referencia los aromas del perfumista italiano Johann Maria Farina de más de tres siglos de historia por su mezcla de cítricos, flores y notas herbales.
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¿Qué lleva el postre del perfume más antiguo del mundo de Jordi Cruz?
La base de este postre es una crema catalana reinterpretada, enriquecida con naranja, pomelo y bergamota. Tras un proceso de liofilización, la elaboración adquiere una textura aérea que recuerda a un gofre delicado, casi etéreo. Sobre ella, se colocan un crumble especiado con clavo y jengibre que evocan los matices originales de la fórmula de Farina.
Lo siguiente es un consomé de cinco cítricos elaborado mediante vacío, congelación y descongelado, una técnica que concentra los aromas y los vuelve casi volátiles. El plato se completa con un sorbete instantáneo, un crujiente floral y un agua aromática como guiño a la antigua Aqua Mirabilis, una esencia que trae al presente el espíritu de la primera Eau de Cologne.
El resultado es un postre que se acerca más a un ritual que a una degustación: se huele antes de comerse, se siente antes de deshacerse y permanece en la memoria incluso después del último bocado.
La filosofía de Cruz siempre ha defendido que la técnica no debe ser un fin, sino un medio para contar historias. Y este postre vuelve a remarcarlo. En este caso, el relato es el de un perfumista que quiso embotellar la belleza de su tierra, y que hoy se recupera con un toque gourmet.
