
Si hay un poke para perder la cabeza, ese es el Loco Moco, y si su nombre mismo lo dice, por algo será. Desde Hawai este plato sencillo y ligero pero proteico ha venido a desatar frenesí por su mezcla de arroz, carne jugosa, salsa gravy y huevo frito. Aunque se trata de un clásico de la cocina hawaiana, fue hace solo un par de años que se coló en cartas y referencias de Iberoamérica.
Pero, la pregunta que se impone es: ¿qué hace a esta receta lo suficientemente atrevida y potente para llamarse Loco Moco?
Locura hawaiana: por qué todos hablan del Loco Moco
Lo primero es que el nombre responde a un divertido juego de palabras, aunque toma como partida su salsa, el cual supone su gran rasgo diferenciador. Luego, su mezcla y estética llamativa completan el universo simbólico perfecto para su denominación.
La receta bien podría ser un arroz a la cubana, pero llevado a la manera de Hawai. Basta con combinar una base de arroz blanco, una hamburguesa jugosa, una generosa ración de salsa gravy (hecha con grasa o mantequilla, harina de trigo, caldo de carne, pollo o pavo, sal y pimienta) coronado con un huevo frito.
¿Cómo preparar el Loco Moco?
Para dos raciones se necesita:
- Arroz cocido
- Dos hamburguesas de carne (aderezadas con sal, pimienta, ajo en polvo y salsa Worcester)
- Dos huevos
- Mantequilla
- Cebolla caramelizada
- Champiñones
- Caldo oscuro
- Harina
Salsa de soja - Kétchup (una pizca para equilibrar)
La preparación comienza formando las hamburguesas y cociendo el arroz. En paralelo, se carameliza la cebolla en mantequilla durante unos diez minutos, un paso fundamental para aportar dulzor. Después se añaden los champiñones y, cuando estén tiernos, se incorpora el caldo mezclado con la harina, la salsa de soja, el kétchup y la salsa Worcester.
Mientras la salsa reposa, solo queda freír las hamburguesas y, justo al final, los huevos, dejando la yema líquida para que pueda mezclarse con el arroz. Reserva un poco de cebolleta para el toque final.








