

El Restaurante Botín, reconocido como el restaurante más antiguo del mundo según el Libro Guinness de los Récords, ha celebrado un acto institucional para conmemorar sus 300 años de historia.
Autoridades, representantes culturales y empresariales, clientes y amigos se dieron cita para acompañar al icónico establecimiento madrileño en un aniversario cargado de simbolismo.
Placa conmemorativa y libro de firmas ilustres
Durante la ceremonia se descubrió una placa conmemorativa, se inauguró un nuevo libro de firmas ilustres y se pronunciaron discursos en homenaje al legado de Botín.
El brindis final estuvo dedicado a desear otros tres siglos más de tradición, con especial protagonismo para su célebre cochinillo asado y cordero al estilo castellano, dos recetas que forman parte de la historia culinaria de España.
El acto contó con la presencia del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, quien felicitó al restaurante por su tricentenario y agradeció a su equipo “el gran trabajo que hacen cada día, convirtiendo a Botín en una referencia indiscutible de la ciudad”.
También asistió el viceconsejero de Cultura de la Comunidad de Madrid, Luis Martín Izquierdo, quien destacó a Botín como un “icono del turismo madrileño y una referencia obligada para quienes visitan la Villa”.
La delegada de Cultura, Marta Rivera de la Cruz, recordó los pasajes literarios en los que el restaurante ha sido mencionado, mientras que Almudena Maíllo, delegada de Turismo, subrayó su papel en el sector turístico.
Botín: un legado gastronómico universal
Fundado en 1725, Botín no solo ostenta el título de restaurante más longevo del mundo, sino que también ha sido reconocido por la revista Forbes como uno de los diez mejores restaurantes clásicos del planeta.
Con tres siglos de vida, su importancia trasciende lo gastronómico: es un auténtico símbolo cultural de Madrid y una referencia obligada para quienes desean descubrir la esencia de la cocina castellana.