El verano invita a brindar. Pero en medio de las terrazas, chiringuitos y fiestas nocturnas, a menudo olvidamos algo importante: las calorías líquidas también cuentan, y el alcohol es uno de los grandes responsables del aumento calórico sin apenas darnos cuenta.
El alcohol aporta 7 kcal por gramo, más que los hidratos o las proteínas. Y a diferencia de ellos, no nutre ni sacia. Al contrario: favorece la acumulación de grasa abdominal y altera el metabolismo. Además, suele venir acompañado de refrescos azucarados, siropes o snacks salados que elevan aún más la ingesta calórica.
Las bebidas alcohólicas más calóricas del verano
No todas las copas son iguales. Algunas esconden más calorías que un postre completo:
- Piña colada: ~350 kcal por vaso (ron, leche de coco, zumo de piña).
- Mojito: 140-180 kcal según el azúcar añadido.
- Vermut con refresco: más de 180 kcal por copa.
- Gin-tonic: alrededor de 200 kcal.
- Cócteles industriales: hasta 400 kcal con siropes y licores cremosos.
El problema no solo es la cantidad, sino la falta de saciedad. A menudo se consumen sin hambre y se acompañan de picoteo ultra calórico.
¿Qué alternativas más ligeras puedes elegir?
No se trata de renunciar, sino de elegir mejor. Aquí algunas bebidas alcohólicas menos calóricas que puedes disfrutar con más ligereza:
- Vino blanco seco: 70-80 kcal por copa.
- Cerveza sin alcohol: menos de 70 kcal por unidad.
- Combinados con agua con gas o gaseosa 0: reducen significativamente el azúcar.
Además, en este artículo sobre cócteles veraniegos fáciles puedes encontrar ideas refrescantes sin necesidad de recurrir a bebidas calóricas.
Consejos para disfrutar del alcohol sin excesos
- Hidrátate entre copa y copa: el agua es tu mejor aliado.
- Acompaña con comida real: proteínas, vegetales o grasas saludables.
- Evita cócteles con siropes y zumos procesados.
- Escucha tu cuerpo: no necesitas beber siempre para disfrutar.
- Sirve con hielo y limón para aligerar y dar sabor sin calorías añadidas.
El equilibrio es la clave del verano
Disfrutar y cuidarse no son excluyentes. Tomar decisiones conscientes te permite saborear el verano sin sentir culpa ni restricciones.
Desde un vermut con hielo en buena compañía hasta una cerveza bien fría después de la playa, el alcohol no es el enemigo, pero sí merece ser entendido y consumido con cabeza.
