TikTok, la “dieta de las princesas” y el no final feliz

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Gabriela Sánchez
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dieta de las princesas de TikTok

TikTok es la nueva herramienta para todo, para bien y para mal. Prácticamente ha destronado a buscadores clásicos como Google para obtener referencias visuales y experienciales de sitios, comidas, productos, pero a la vez se ha tornado la plataforma reina para la desinformación y los mitos culinarios. 

A menudo aparecen tendencias que, aunque para algunos se intuyen absurdas, para muchos de los más jóvenes logran calar profundamente. Es el caso de la reciente  “dieta de las princesas Disney”, un plan alimenticio extremadamente restrictivo que se ha hecho viral prometiendo perder hasta 10 kilos en apenas 15 días. Para quienes se toman estos videos a la ligera, puede ser hasta gracioso… una broma,  pero, en realidad es muy peligroso sobre todo  entre niñas y adolescentes.

¿Qué es la la dieta de las princesas?

La dieta consiste en un “reto” diario, cuya premisa es comer manzanas rojas como Blancanieves, beber únicamente agua como Ariel y/o limitarse a una taza de arroz en honor a Mulán. La idea es consumir menos de 600 calorías diarias, un volumen considerablemente inferior a las recomendaciones mínimas. De hecho, la Organización Mundial de la Salud aconseja una ingesta de alrededor de 2.000 calorías al día para adolescentes en etapa de crecimiento.

Culto a la delgadez disfrazado de fantasía

Pero la tendencia no solo es perjudicial por lo que propone a nivel nutricional, sino también por el mensaje que transmite, base de trastornos alimentarios tan archiconocidos como la anorexia o la bulimia. Y es que, en efecto,  este tipo de contenidos promueve el TCA de forma casi inevitable.

“Tiene que ver con odiarse a una misma, con no soportarse, con querer desaparecer y cambiar tu cuerpo a toda costa”, explica la psicóloga Sheila Mulero, especialista en trastornos de la conducta alimentaria (TCA).

Se asocia directamente la delgadez con la felicidad y el éxito, utilizando como vehículo personajes que resultan símbolo aspiracional para muchas niñas. Todo ello deriva en vómitos, trastornos gastrointestinales, caída del cabello,  desequilibrios hormonales y metabólicos, trastornos cardiovasculares, insomnio, e incluso ansiedad y depresión.

Aunque con un enfoque distinto, que roza la obsesión por la alimentación saludable, también ya se asoman otros conceptos de actitudes alimentarias inspirados en tendencias en redes donde lanzas una pregunta y saltan 20 nutricionistas, hijos de la empiria cuales gurú del “bienestar absoluto” a base de ciertas comidas. Es el caso del turbonutricionismo

Del bulo y otros demonios de las redes

Las redes sociales son hoy el mejor caldo de cultivo para la difusión de dietas milagro, bulos nutricionales y retos extremos. La lógica de los algoritmos no ayuda: cuanto más impactante es el contenido, más se muestra, por muy ridículo o peligroso que sea. Riesgos a cambio de likes y visualizaciones, que termina dando autoridad a quienes no tienen formación en salud ni alimentación. 

No obstante, no solo los creadores de contenido son responsables, sino también las plataformas, la industria del entretenimiento, las marcas de productos dietéticos, pero el culpable mayor es la propia sociedad y sus cánones de belleza que, se quiera o no, permea a cada uno de los ciudadanos del mundo. Ojalá llegue el día en que la salud no sea más un juego. 

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