
Hay lugares que se contemplan, y hay otros que se saborean. En Ibiza, cuando el sol comienza a hundirse en el horizonte, la isla se transforma. Las sombras se alargan, el cielo se incendia y la vida se detiene por un instante para mirar al oeste. Pero aquí, la puesta de sol no se observa en silencio: se celebra con un cóctel en la mano, un plato para compartir y el corazón latiendo al ritmo del mar.
Porque en Ibiza, el crepúsculo no solo se ve: se vive, se come y se bebe.
Ruta de puestas de sol en Ibiza: del clásico Café del Mar a joyas elevadas
Ibiza está repleta de rincones para ver la puesta de sol y dejarse llevar por la magia del momento. Desde los clásicos más fotografiados hasta nuevas aperturas que elevan la experiencia —literalmente— a otro nivel. Esta es la ruta para quienes buscan una puesta de sol con sabor:
- Café del Mar (San Antonio): el pionero. Aquí nació la cultura ibicenca del chill out, la música suave y el brindis frente al mar. Aunque turístico, sigue siendo una parada casi obligatoria para quienes pisan la isla por primera vez.
- Kumharas (Cala de Bou): ambiente relajado, food trucks, mesas compartidas y cocina internacional con guiños tailandeses y marroquíes. Perfecto para quienes viajan en grupo o buscan algo más alternativo. (imagen de portada)
- Experimental Beach (Ses Salines): un escondite entre dunas y salinas donde la puesta de sol se marida con ostras, ceviches, vino blanco y una estética cuidada. Ideal para parejas y amigos con espíritu sibarita.
Propuesta gastronómica Clap House Ibiza CLAP HOUSE (Cap Martinet): entre los nuevos rituales del verano, hay uno que ya es imprescindible. Este restaurante, heredero del éxito de CLAP en Dubái, Londres y Beirut, ha conseguido algo muy difícil en una isla exigente: redefinir la experiencia del atardecer. Subir al acantilado de Cap Martinet y vivir la golden hour en este restaurante con vistas doradas a Dalt Vila. Cada mesa es un balcón suspendido entre cielo y mar. La propuesta gastronómica fusiona cocina japonesa con carnes y mariscos al fuego abierto. Aquí no solo se viene a cenar: se viene a experimentar la puesta de sol como una ceremonia de elegancia, música y sabor. Y si la noche se alarga, hay zonas privadas, piscina decorada por Dolce&Gabbana y hasta un club de bienestar con vistas al mar.
- Sunset Ashram (Cala Conta): probablemente el atardecer más cinematográfico de la isla. Aquí, la gente se emociona, aplaude, se abraza. La carta mezcla cocina india, mediterránea y fusión. Si el cielo lo permite, podrás ver cómo Es Vedrà se tiñe de rojo a lo lejos.
- Hostal La Torre (Cap Negret): menos turístico, más íntimo. La coctelería es de autor, la cocina sencilla y deliciosa, y la música ambiental acompaña sin molestar. Tiene un aire místico que lo convierte en el favorito de quienes descubren su encanto.
- Petunia Ibiza (Es Vedrà): para los que buscan exclusividad sin ruido. Desde su terraza, el islote más icónico de Ibiza se ve majestuoso. Platos de temporada, ingredientes locales y una atmósfera de calma absoluta.
Cuando el sol cae, Ibiza se enciende
En Ibiza, la puesta de sol no marca el final del día, sino el inicio de algo mágico. Hay quien lo acompaña con un rosado bien frío, otros con un vermut con naranja, una cerveza artesanal, o un cóctel creativo con ingredientes de la isla.
Pero todos coinciden en algo: la puesta de sol es una ceremonia colectiva, íntima y festiva a la vez. Y como toda ceremonia, merece ser vivida con los cinco sentidos.
Así que si estás pensando en escapar del ruido, o en encontrar un lugar donde el tiempo se detiene y todo fluye con naturalidad, Ibiza te espera con la copa servida y el cielo encendido. Porque aquí, cada puesta de sol es única. Pero todas tienen algo en común: saben a verano.