Velo de flor, un fenómeno único

Creado:
Autor:
Credito
Cristina Ybarra
Categoría
velo de flor

El velo de flor es uno de los fenómenos más fascinantes que se pueden observar en ciertos tipos de vinos. Este fenómeno, que se produce durante la fermentación y el envejecimiento del vino, tiene un impacto significativo en el perfil organoléptico del producto final, especialmente en algunos vinos de la región de Jerez, en España. 

Pero… ¿qué es el velo de flor?

El velo de flor es una capa de levaduras que se desarrolla en la superficie del vino durante su fermentación en barricas. Esta capa de levaduras, principalmente del tipo Saccharomyces, se forma en condiciones específicas, donde el vino es expuesto a oxígeno, pero de manera controlada. A diferencia de los vinos que se fermentan en condiciones anaeróbicas, donde no hay contacto con el aire, el velo de flor se desarrolla en ambientes donde hay cierta cantidad de oxígeno disponible, lo que permite el crecimiento de estas levaduras.

Formación del velo de flor

La formación del velo de flor requiere de ciertas condiciones ambientales y de vinificación.

Oxigenación controlada: para que se forme el velo de flor, es necesario que haya un contacto limitado con el oxígeno. Esto se logra a menudo utilizando barricas de roble que no están completamente llenas, permitiendo que una parte del vino esté en contacto con el aire.

Temperatura y humedad: las condiciones de temperatura y humedad en la bodega son cruciales para el desarrollo del velo. Las bodegas con una temperatura constante y una humedad adecuada favorecen la formación y el mantenimiento de esta capa de levaduras.

Composición del vino: el tipo de uva y la composición química del vino también juegan un papel importante. Los vinos con un mayor contenido de alcohol y menor cantidad de azúcar suelen ser más propensos a desarrollar velo de flor.

Importancia del velo de flor en la elaboración del vino

El velo de flor tiene un impacto significativo en el sabor y aroma de los vinos. Este fenómeno es especialmente conocido en la producción de vinos generosos como el fino y la Manzanilla, que son típicos de la región de Jerez y de Montilla-Moiriles. La presencia del velo de flor contribuye a una serie de características organolépticas únicas.

Aromas y sabores: el velo de flor aporta notas de frutos secos, almendras, hierbas y un ligero toque salino. Estas características son muy apreciadas en los vinos de Jerez.

Estilo de vino: los vinos que desarrollan velo de flor tienden a ser más ligeros y frescos, en contraste con los vinos que son envejecidos en ausencia de oxígeno, que tienden a tener un perfil más robusto y oxidado.

Protección: el velo de flor actúa como una barrera que protege al vino de la oxidación excesiva, lo que permite que mantenga su frescura y acidez.

Ejemplos 

Fino: este vino se caracteriza por su color pálido y su carácter ligero y fresco. Es uno de los estilos más representativos que se beneficia del velo de flor.

Manzanilla: similar al Fino, pero con un perfil más salino y un aroma más intenso, este vino se elabora específicamente en la localidad de Sanlúcar de Barrameda, donde las condiciones climáticas favorecen su estilo particular.

Amontillado: a diferencia del Fino y la Manzanilla, el Amontillado comienza su vida bajo el velo de flor, pero luego se somete a un proceso de oxidación, lo que le otorga un perfil más profundo y complejo.

El velo de flor es un fenómeno único que enriquece la diversidad y complejidad del mundo del vino. Su influencia en el sabor y aroma de los vinos, especialmente en los de la región de Jerez, lo convierte en un elemento esencial en la vinificación.

 

Credito
Cristina Ybarra