
No solo el arte ha buscado maneras de reinventar a un ícono del cine como Charlie Chaplin, también la coctelería. Así ha inspirado el cóctel Charlie Chaplin donde la mezcla homenajea también la cultura británica.
Chaplin no necesita presentaciones. Actor, director, productor y uno de los impulsores de la United Artists en 1919, lo que sí sabemos menos es de cómo trascendió de la gran pantalla a una copa, donde reina la ginebra de endrinas (Sloe Gin), un destilado de raíces británicas que, al igual que él supo conquistar audiencias dentro y fuera de su país.
Cóctel Charlie Chaplin: origen entre el mito y la leyenda
No hay mucha claridad en cómo surge el Charlie Chaplin Cocktail, aunque todo apunta a que fue en el Hotel Waldorf Astoria de Nueva York, uno de los epicentros de la alta coctelería de principios del siglo XX. De hecho, su receta apareció en The Old Waldorf-Astoria Bar Book.
Según testimonios, Chaplin llegó a mencionar esta bebida como una de sus favoritas poco antes de la Ley Seca, debido al uso de la Sloe Gin, una ginebra típica del Reino Unido que apenas existía en Estados Unidos en aquella época.
De hecho, la destilería Gordon’s (marca bajo la que se comercializaba), fundada en 1769, se consolidó como una de las más prestigiosas de Inglaterra y recibió en 1925 el reconocimiento real por parte del rey Jorge V.
La variante Sloe Gin surge en 1908, a partir de la mezcla de bayas de endrina recolectadas a mano con la receta clásica de Gordon’s. El resultado es un licor de unos 25 grados, seco pero con matices dulces y frutales, que recuerda al pacharán español o incluso a ciertos licores centroeuropeos como el Jägermeister.
Receta del Charlie Chaplin Cocktail
Ingredientes:
- 20 ml de Gordon’s Sloe Gin
- 20 ml de Apricot Brandy (brandy de albaricoque)
- 20 ml de zumo de limón
Para su elaboración, lo primero es introducir en una coctelera todos los ingredientes con hielo y agitarlos enérgicamente durante unos segundos. Luego, se cuela todo y se sirve. Opcionalmente, se puede perfumar con un twist de lima (piel de lima en tiras).
No obstante, han surgido dos ligeras adaptaciones modernas, donde el brandy de albaricoque se sustituye por un licor de albaricoque más accesible, que suele llevar azúcares añadidos y menos graduación, así como el zumo de limón por lima, menos dulce y con un punto más ácido.
Tan sencillo como el mismo cineasta, el cóctel deviene también una obra creativa, divertida.
Así, si hay algo que una copa suya puede asegurar es sonreír (para no perder el día).