Cocina de lluvia: México se alimenta de su clima

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Maria Carrasco Lloria
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Cocina de lluvia en México

Cuando comienza la estación húmeda en México, las cocinas se llenan de unos vapores únicos que adelantan una época álgida para la gastronomía mexicana. Entre mayo y septiembre, México come de su característica cocina de lluvia. Los ingredientes entonces utilizados se recogen debido a la cantidad de agua que moja sus suelos y no solo hablamos de plantas, sino de los insectos que las pueblan. 

La cocina de lluvia es un concepto profundamente ligado a la naturaleza y a la tradición rural por el aprovechamiento de ingredientes silvestres, muchos de ellos efímeros y únicos del periodo húmedo.

¿Qué es la cocina de lluvia?

No se trata de platos calientes para combatir el frío, pues las temperaturas rondan los 25 °C, sino de una cocina que aprovecha lo que trae la naturaleza tras las lluvias: hongos, plantas frescas e incluso insectos comestibles. Esta cocina ancestral es, además, un ejemplo de sostenibilidad y biodiversidad aplicada a la gastronomía.

Ingredientes clave de la cocina de lluvia

Hongos silvestres: el oro de los bosques mexicanos

En México se consumen alrededor de 370 especies de hongos silvestres comestibles. Tradicionalmente ligados a la cocina rural, hoy también forman parte del repertorio de la alta cocina. Son ricos en agua y proteínas, y refuerzan el sistema inmunológico en una época en la que el cuerpo necesita defensas adicionales.

Guisos con flor de calabaza, una tradición oaxaqueña

Uno de los platos más representativos es la sopa de guías oaxaqueña, elaborada con tallos y hojas de flor de calabaza. Estos ingredientes, además de ser sabrosos y ligeros, tienen un alto contenido de agua (75 %) y hasta 6 gramos de proteína vegetal por cada 100 gramos.

Chapulines, hormiga chicatana y gusano de maguey

Estos insectos comestibles mexicanos se recolectan durante la temporada de lluvias y han sido parte de la dieta ancestral por generaciones. Además de su valor cultural, son una fuente excelente de proteína y tienen un bajo impacto ambiental.

“Los chapulines pueden matar tu cosecha, pero también pueden salvar un pueblo de la hambruna. Son el alimento del futuro”, afirma Elena Velázquez, fundadora del colectivo Sabor a Maguey.

  • Chapulines: recolectados en los maizales.

  • Hormiga chicatana: emerge de los nidos tras las primeras lluvias.

  • Gusano de maguey: aparece en las plantas de agave.

La cocina estacional como reflejo del territorio

La cocina de lluvia en México no solo es sabrosa y nutritiva, también es una expresión del equilibrio entre cultura, geografía y naturaleza. Recolectar, cocinar y comer lo que ofrece el entorno durante esta época no solo es una práctica ancestral, sino también una lección de gastronomía sostenible.

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Maria Carrasco Lloria